El índice de incidencia de accidentes laborales representa la tasa de siniestralidad con respecto al número de trabajadores afiliados a la Seguridad Social en una determinada Comunidad Autónoma. Ya en agosto del año pasado, los sindicatos denunciaron la situación de “precariedad y falta de prevención en el mercado de trabajo regional”. En 2017, la tasa de siniestralidad laboral en Castilla-La Mancha fue de 4.092,60 accidentes por cada 100.000 trabajadores.
Durante el pasado año se produjeron 22.363 accidentes laborales en jornada, el 4,44% de los 503.749 registrados en España en el mismo periodo. Del total de accidentes, 22.179 fueron de carácter leve, 157 graves y 27 resultaron mortales. Por provincias, Toledo registró la mayor siniestralidad, con 7.900 incidencias. No obstante, Ciudad Real, con 4.598 casos, registró el mayor número de accidentes graves (46) y el mayor número de muertes por provincia (9). En Guadalajara se produjeron 3.838 accidentes, en Albacete 3.678 y en Cuenca 2.349.
Además, Guadalajara presenta el índice de siniestralidad más alto de todas las provincias españolas, con una incidencia de 5.128,20 accidentes por cada 100.000 trabajadores. Toledo le sigue de cerca en tercer lugar por detrás de Baleares, con un un índice de 4.504,4.
Por sectores, la peor parte se la lleva el sector servicios, que registró más del 52% de los accidentes laborales de la región en 2017 (11.652 accidentes). Le sigue industria con 5.376 incidencias, la construcción con 2.998 y el sector agrario con 2.337.
La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha cuenta con varios programas de seguridad y prevención de riesgos laborales, adscritos a la consejería de Economía, Empresas y Empleo, con un Director General encargado específicamente de trabajo, formación y seguridad laboral.
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