Habla Pepa, la vecina del cuarto A, una de las kelly (las que limpian) españolas, muy curranta, que no entiende de economía, que sabe que el IPC son los precios y pregunta que eso de deflactar el IRPF qué es, que si va a pagar menos.
Y Juan, el joven de la puerta de enfrente, la B, que estudia Economía de primer año trata de explicarle lo que está pasando y qué es eso de deflactar:
-- Eres un 8% más pobre, pero pagas lo mismo por el impuesto sobre la renta, lo que te hace más pobre aún. El gobierno de turno se asegura la recaudación, pero dejando atrás a los más vulnerables y a las clases bajas y medias, “vamos a los currantes como tú”.
-- Digo yo que podrían deflactarlo para los que ganamos menos ¿no? ¿Y en la gasolina? -pregunta Pepa, en un examen a su joven vecino-
-- Pues más de lo mismo -le responde él. De los 2 euros que pagas por el litro de gasolina 1,10 euros son en impuestos. Eso es lo que recauda el Estado. Hace un año, con la gasolina a 1 euro, el Estado se llevaba 55 céntimos. La mayor parte de la subida no son para las petroleras, ni para las redes de distribución. La mayor parte de la subida es para el Estado, que es el que más gana con el aumento de precios.
Y ya puesta, la kelly a la que le ha entrado un agobio porque el dejarse la espalda no le genera ya para llegar a final de mes, sigue con esos gastos que ella afronta dividiendo su sueldo en montoncitos para hacer frente a cada uno: Este para la luz, este para el agua, este para la gasolina, este para comida…
-- Dime -le dice- y eso de la luz, cómo queda. He oído en la radio algo de “topar”. ¿Y eso qué es? Muchacho.
-- El gobierno cambió hace un año la factura de la luz. Dividió el día en tres grupos de horas: En una se paga más cara la luz, en otra, más barata y, en la otra, ni más cara ni más barata. Además, cuando te hacen la factura pagas el precio por la luz que a la compañía le ha costado más generar. No una media. Si a las compañías hay electricidad que les cuesta 1 euro y otra 100 euros, pagas toda a 100. No es la media, ni cada una a su precio. Por eso alguien de las eléctricas dijo que los que estáis en ese sistema sois tontos, que podíais negociar el contrato fuera de esa tarifa que regula el gobierno. Ahora el gobierno quiere que la más cara en vez de 100 no pueda pasar de 50.
-- ¡Buf. Todo sube! Me ha dicho Luis, el del banco, que está subiendo el euribor. No sé qué es, ni cómo se calcula, ni quién lo hace. Lo único es que a final de mes me revisan la hipoteca para el año que viene y sé que voy a tener que pagar casi 75 euros más al mes o quizás más. Eso es lo que me dice el del banco”.
-- Malos tiempos, Pepa. Si sube la luz y el combustible, sube todo. Y si encima suben otras materias primas, pues échate a temblar.
-- ¿Primas?
-- Son las necesarias para producir: los metales, el grano, el agua, las plantas, las semillas, los frutos, la madera… Y cuando se encarecen, suben los precios de los productos en los que se usan. Las subidas de los precios llevan a que el dinero también sea más caro para que la gente gaste menos y bajen los precios, de ahí que los créditos, las hipotecas cuesten más
-- Oí que os iban a mejorar los contratos que teníais. ¿La reforma laboral no os lo ha solucionado?
-- Antes me contrataban por necesidades de la producción. Ahora dicen que soy fija discontinua. Lo mismo, pero con otro nombre. De lo de regular o acabar con la subcontratación, nada, de nada. Y aquí sigo dejándome la espalda a una media de menos de 3 euros la habitación que el hotel cobra a 100 o 120.