En contraste con este resultado, el conjunto de las autopistas de peaje rescatadas por el Estado tras la crisis de 2008 registraron un beneficio neto de 20,5 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 21% respecto al año anterior, pese al efecto negativo de la gratuidad parcial de la AP-7 en Alicante.
Los ingresos totales de las nueve vías gestionadas por Seitt ascendieron a 94,5 millones de euros, un 3,8% más que en 2023. Dentro de este grupo, las autopistas radiales R-3 y R-5 —que conectan Madrid con Valencia y Extremadura, respectivamente— se consolidaron como los principales activos: sumaron más de 28 millones de euros en ingresos, lo que representa un 30% del total, y aportaron 9 millones de euros en beneficios, casi la mitad del resultado conjunto.
En el lado de las pérdidas, además de la AP-41, también figuran la M-12 Eje Aeropuerto de Madrid, con un resultado negativo de 523.500 euros pese a facturar 3,2 millones, y la AP-7 de Alicante, que cerró con un millón en números rojos tras su gratuidad desde julio, lo que hundió sus ingresos un 29%, hasta los 2,6 millones.
Por el contrario, otras vías obtuvieron balances positivos. La R-2 (Madrid-Zaragoza) ingresó 16,6 millones y ganó 3 millones; la AP-36 (Ocaña-La Roda), 16 millones y 6,5 millones de beneficio; la R-4 (Madrid-Córdoba), 13 millones y 2,5 millones de ganancia; y la AP-7 Cartagena-Vera, 11,5 millones en ingresos y 3,1 millones de resultado.
En conjunto, la empresa pública cerró 2024 con una facturación de 97,5 millones de euros —un 11% menos por la caída en la actividad de obras— y un beneficio neto de 29,6 millones, lo que representa un incremento del 31,5% respecto al año anterior gracias a la mejora del negocio de autopistas.