Cuando se pierden o desperdician alimentos, todos los recursos que se utilizaron para su producción (como el agua, la tierra, la energía, la mano de obra y el capital) se desaprovechan.
Además, la eliminación de los alimentos perdidos o desperdiciados en vertederos genera emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), lo que contribuye al cambio climático. La pérdida y el desperdicio de alimentos también pueden tener repercusiones negativas en la seguridad alimentaria y la disponibilidad de alimentos y contribuir a aumentar el coste de la alimentación.
A nivel global, aproximadamente el 13 por ciento de los alimentos producidos se pierden entre la cosecha y la venta minorista. A ello, se suma el hecho de que en torno al 19 por ciento de la producción total de alimentos se desperdicia en los hogares, la restauración y el comercio al por menor. Así, por ejemplo, los hogares desperdician a diario más de 1.000 millones de comidas, el equivalente a 1,3 comidas diarias para cada persona hambrienta. En España se desperdiciaron el año pasado 1.125 millones de kilos/litros de alimentos, lo que supone más de 23 kilos por persona al año.
En Castilla- La Mancha, la Consejería de Sanidad, a través de la Dirección General de Salud Pública, incluye entre sus competencias de Consumo la prevención del desperdicio alimentario y la redistribución eficiente de los alimentos.
Con este objetivo de reducir a la mitad el desperdicio alimentario, el Gobierno Regional aprobó, mediante acuerdo de 22 de noviembre de 2022, la Estrategia contra el Desperdicio Alimentario en Castilla-La Mancha “Sin Desperdicio 20-30”.
Además, también se constituyó el Foro regional para la reducción del desperdicio de alimentos, como órgano colegiado consultivo y asesor en el que participan personas representantes de la administración autonómica, de las organizaciones del sector de distribución alimentaria de medianas y grandes superficies, del sector hostelero, de asociaciones de personas consumidoras y de lucha contra la pobreza y la exclusión social, de entidades de recuperación y redistribución de alimentos, de comedores sociales, de cooperativas agroalimentarias, y de otras instituciones como la Universidad de Castilla- La Mancha o la Federación de Municipios y Provincias.
Con ocasión de la conmemoración del Día Internacional de Concienciación sobre el Desperdicio Alimentario, la Consejería de Sanidad, a través de la Dirección General de Salud Pública, desea hacer algunas recomendaciones al respecto a las personas consumidoras de la región:
Así, en el hogar: Planificar las comidas con anticipación; aprovechar las sobras, o bien donarlas a entidades sociales para su redistribución a quienes más lo necesiten; congelar porciones listas para comer; almacenar los alimentos adecuadamente; seguir la pauta de consumir primero aquello que entró primero en la nevera (método FIFO -“First In, First Out”-)
Al hacer las compras: hacer una lista de la compra; comprar solo la cantidad que se necesite; elegir frutas y verduras de aspecto imperfecto (vendidas a menudo con descuento); priorizar la producción local y sostenible.
Si se come fuera de casa: pedir solo aquello que se vaya a consumir, reponiendo si fuese necesario y solicitar llevarse a casa lo que haya sobrado.