El BBVA advierte de que la desaceleración es más intensa de lo previsto inicialmente
lunes 07 de octubre de 2019, 13:16h
El BBVA señala que la desaceleración de la economía española está siendo más intensa de lo previsto a principios de 2019. Además, ofrece una composición de la demanda agregada peor que la que los analistas estaban manejando hasta ahora. La conclusión del servicio de estudios se produce tras la publicación por el Instituto Nacional de Estadística de la revisión de la contabilidad nacional, con una tasa del segundo trimestre actualizada del 1,6%. No obstante, el nuevo documento de análisis del BBVA no descarta que, si desaparecen los peligros de la guerra comercial, el Brexit y la inestabilidad política, la economía española pudiera volverse a acelerar: “la recuperación puede tener todavía recorrido durante algún tiempo si se dan las condiciones apropiadas”. Aunque el servicio de estudios ve ese escenario cada vez menos probable.
Es más, ante los importantes y numerosos riesgos existentes, tanto internacionales como domésticos que justificarían que la desaceleración continúe, estima que “cualquier escenario de crecimiento para 2020 por encima del 1,5% puede considerarse bastante benigno y más que aceptable, frente a otros alternativos. Y ello, a pesar de que este escenario implique que apenas se produzca una mejora cíclica de la actividad. Si esto termina ocurriendo y el crecimiento coincide con su potencial, el desempleo se mantendrá estable o disminuirá poco, lo que supone malas noticias para una economía en la que la tasa de paro todavía se encuentra en el 14%”.
Aunque los análisis apuntan a que según las previsiones de consenso “la desaceleración actual se frena en seco y a que el crecimiento de los próximos trimestres se mantendrá en los niveles actuales y cerca de su potencial”, todo ello tras haberse producido esa reducción del crecimiento desde el 4,5% a principios de 2015 al 1,6% actual”, el documento del BBVA advierte de que “tanto en las previsiones de la economía mundial, como para Europa y España, desde hace unos trimestres hemos empezado a ver revisiones a la baja en las perspectivas de crecimiento. Esta señal no es un buen augurio”.
No obstante el análisis se remite a la experiencia vivida en 2001 con el estallido de la burbuja tecnológica, “que dio lugar a un corto periodo de aumento del paro, al que siguió una recuperación económica vertiginosa hasta el inicio de la crisis financiera internacional en 2008”. La entidad no descarta que se pudiera dar un giro y que la economía volviese a crecer con más fuerza si se dieran las condiciones propicias. “Pero ese escenario va siendo cada vez menos probable. Más bien al contrario. Haríamos mal en descartar la posibilidad de que el crecimiento económico en 2020 pueda estar por debajo del que observamos ahora, aunque no sea el escenario central”.
El servicio de estudios apunta a que muchas señales actuales son un mal presagio y existen demasiados riesgos (la guerra comercial y tecnológica entre Estados Unidos y China, el Brexit, las tensiones geopolíticas con Irán, las protestas sociales en Hong Kong, o la incertidumbre política en España) como para confiar en que ninguno de ellos termine materializándose. “En un contexto así, hay que reducir la incertidumbre y evitar cometer errores con la política económica. O, aún mejor, acertar con las medidas y llevar a cabo las reformas que los países necesitan para un crecimiento más inclusivo con el que acometer los retos de la revolución digital”.