En concreto, la tasa de movilidad laboral (el peso de los contratos que exigen movilidad con respecto al total de contratos) en Castilla-La Mancha es del 28,1% del total de contratos, más del doble de la media nacional, fijada en el 14,1%. También por encima de la media nacional se encuentran La Rioja (26,3%) Castilla y León (18,6%), Andalucía y Murcia (ambas con 15,5%), la Comunidad Valenciana (15,3%) y Aragón (15,1%). En el lado opuesto, la menor tasa de movilidad se recoge en Canarias, con un 7,1% del total de contratos firmados.
Si atendemos al comportamiento de la tasa de movilidad por provincias,Cuenca, Toledo, son las dos que mayor tasa de movilidad registran, con un 33% y un 28% respectivamente.Además, Huesca, Lleida, Guadalajara, Albacete y La Rioja son las únicas que alcanzan una tasa de movilidad superior al 24%. Ciudad Real presenta la tasa más baja de la región con un 19%, mientras que las menores cifras del país se sitúan Barcelona, Badajoz, Asturias, Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife.
Con estos datos se refleja que los empleados por cuenta ajena castellano-manchegos deben tener una mayor predisposición a los desplazamientos que los asalariados de otras Comunidades Autónomas, ya que el formato de contrato con movilidad representa más de un tercio del total de los que se firman en la región. El mercado de trabajo en Castilla-La Mancha requiere de trabajadores dispuestos a aceptar la movilidad y con capacidad para poder desplazarse a otras provincias.
El sector de actividad en el que el profesional desarrolla su actividad es clave a la hora de analizar la importancia de la movilidad. Randstad destaca que la mayor tasa se registra en la agricultura, ya que uno de cada cuatro contratos firmado en el sector supone un cambio de provincia (24,5%), casi diez puntos porcentuales por encima de la media nacional (14%).
También por delante de esta tasa se encuentra el sector de la construcción (17,2%), mientras que servicios (12,2%) e industria (10,2%), registraron pesos de contratos con movilidad menos relevantes.
Por otro lado, el 61,4% de los contratos que suponen movilidad interprovincial pertenece al sector servicios. Con un peso también a considerar se encuentran los que corresponden a la agricultura, siendo el 24,1% del total. Ya con pesos más discretos aparecen industria (7,5%) y construcción (7%).
Madrid y Barcelona reciben trabajadores, Cádiz y Toledo los pierden
Randstad ha buscado diferenciar entre provincias y comunidades receptoras y emisoras de trabajadores. De este modo, las receptoras reciben más profesionales de los que se marchan a trabajar a otra provincia, mientras que en las emisoras salen más trabajadores de los que entran. En España hay 15 provincias receptoras, mientras que las emisoras son 35.
Según este criterio, Madrid y Barcelona son las provincias más receptoras. Durante 2018, la Comunidad de Madrid recibió 502.741 trabajadores de otras provincias, mientras que Barcelona captó 285.048, lo que supone que dos de cada cuatro trabajadores con un contrato de movilidad se trasladaron a una de estas regiones.
En cuanto a las provincias con saldo negativo se encuentran Cádiz (71.047), Toledo (45.824) y Alicante (40.463).
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