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SANCIONES MILLONARIAS A IBERDROLA POR LA ELECTROCUCIÓN DE AVES
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SANCIONES MILLONARIAS A IBERDROLA POR LA ELECTROCUCIÓN DE AVES

miércoles 10 de agosto de 2016, 10:30h

Energía verde, tarifa verde… Las compañías eléctricas trataron y tratan de trasladar una imagen de responsabilidad con el medio ambiente y de conservación de la biodiversidad. Las organizaciones de consumidores denunciaron que esa estrategia era poco más que una apelación a la conciencia medioambiental del consumidor para tratar de captar clientes. Algo que choca con la paralización de las inversiones en la protección de los postes y líneas de alta y baja tensión que, según los ecologistas, provocan más de un millón de muertes de aves al año. Tan sólo en electrocución la cifra es de 25.000, algunos de los animales pertenecen a especies protegidas.

Cientos de casos se acumulan en la Consejería pendientes de que se inicien los correspondientes expedientes sancionadores. Para hacerse una idea de la magnitud de las multas e indemnizaciones que tendrían que pagar las compañías eléctricas, citar que tan sólo en la provincia de Albacete, los últimos 4 expedientes que han sido retomados por la Consejería de Agricultura suponen sanciones cercanas al millón de euros. Desde febrero, clm21.es viene recabando datos oficiales de lo que deben las compañías eléctricas a las arcas de la Comunidad Autónoma, de las que este año saldrán 1,5 millones de euros para pagar a esas empresas para que no corten la luz a las personas en situación de emergencia social.

Cuando alguien entra en la web corporativa de las compañías, estas tratan de transmitir ese compromiso verde. Sin ir más lejos la principal eléctrica europea, Iberdrola, ha hecho del verde (frescura y naturaleza) y del blanco (pureza) sus colores corporativos. El trato de su imagen medioambiental es publicitariamente impecable, una compañía limpia, verde, comprometida con los objetivos de desarrollo sostenible. No parece una empresa que genera y distribuye electricidad, más bien da la impresión de que se trata de una organización protectora de la biodiversidad. Sin embargo, en Castilla-La Mancha la falta de actuación en la protección de los tendidos eléctricos le ha supuesto a la compañía multas y resoluciones de indemnización millonarias por la electrocución de ejemplares de especies protegidas, algunas de ellas en peligro extremo de extinción. Hasta la fecha, la compañía trata de eludir los pagos mediante recursos y más recursos. No es la única grande sujeta a sanciones por las muertes de ejemplares de especies protegidas. Además de la principal eléctrica europea, otro gigante español, Telefónica se encuentra expedientada.

Especies en peligro de extinción se electrocutan al no cumplir las compañías con la obligación de aislar los postes y los tendidos

En los últimos tres años, la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente ha abierto centenares de expedientes sancionadores por electrocución de aves. Sirva como dato que en una sola provincia, Albacete, la Consejería tiene acumulados 161 casos con expedientes por iniciar, en 24 de ellos las aves electrocutadas eran de especies protegidas. En los últimos meses ha resuelto seis casos que están pendientes de la resolución definitiva a los recursos de alzada presentados por las compañías, dos de ellos son de Iberdrola y uno de Telefónica de España. Además, otros cuatro expedientes están en situación de propuesta de resolución. Estos cuatro son por electrocución de especies protegidas y la compañía titular de la línea en todos los casos es Iberdrola distribución eléctrica. Las propuestas de sanción suman 500.005 euros y el importe de la indemnización que también tiene que pagar Iberdrola es de 421.470. En total casi un millón de euros por estos cuatro casos. El delegado de Agricultura y Medio Ambiente de Albacete, Manuel Miranda, es una persona conocida por su compromiso con el medio ambiente y por su rigor profesional.

La sanción más alta según la normativa castellano-manchega es de 60.000 euros y se impone en casos de especies en peligro de extinción como el águila imperial o como el águila perdicera, por lo que cuando la sanción sobrepasa esa cuantía, es porque se trata de varios animales electrocutados en el mismo punto.

“Para no pagar, dice un alto funcionario de la Consejería de Agricultura, se escudan en el decreto de 2008 por el que se establecen medidas para la protección de la avifauna contra la colisión y la electrocución en líneas eléctricas de alta tensión. Ese decreto establecía que habría fondos públicos para arreglar los postes y los tendidos ya existentes”.

Efectivamente, el Gobierno de la nación aprobó esa regulación hace ocho años. Las compañías reaccionaron de inmediato y dejaron de invertir en los arreglos esperando acogerse a unos fondos nacionales que, por la crisis o, como argumenta el Ministerio, porque algunas regiones no han adaptado su normativa, nunca han llegado. “Esta circunstancia no les exime de responsabilidad. Las compañías están obligadas a tener los tendidos en una situación de protección. Si no lo hacen podrán reclamar al gobierno los fondos, pero ellas son las responsables de sus propios tendidos”. Las electrocuciones suelen producirse cuando las aves se posan sobre las torres de apoyo. En algunos incidentes se generan problemas a las compañías porque las electrocuciones generan picos de tensión que hacen saltar las protecciones de las líneas e incluso llegan a provocar fuegos. El decreto establecía un periodo de cinco años para llevar a cabo las mejoras basadas en la prohibición de los aisladores rígidos y de los elementos en tensión por encima de la cruceta principal, para dificultar las electrocuciones. Además, se establecen distancias mínimas entre distintos elementos y la necesidad de que los conductores de interconexión de los apoyos especiales (bajantes) se encuentren aislados.

Han pasado 8 años y los incidentes siguen produciéndose. WWF, recogiendo datos del Ministerio, cifra en 25.000 las muertes de aves en España causadas por los tendidos eléctricos. WWF citando a SEO/BirdLife, la principal organización naturalista protectora de aves, da cifras muy preocupantes: en 10 años murieron 200 águilas perdiceras y en 15 años, 120 águilas imperiales. Cuando empezó el proyecto Life de Castilla-La Mancha, cifraba en 90 las parejas de águila imperial en nuestra Comunidad y 200 en toda España. En el caso de águilas perdiceras, muy escasas en nuestra Comunidad, se calcula su población en 85 parejas. En ambos casos, el proyecto considera los tendidos eléctricos como una de las primeras amenazas para estas especies.

Este decreto regresivo, que favoreció en lo económico a las compañías eléctricas, también es considerado por los conservacionistas como negativo en la medida que deja a voluntad de los propietarios de las líneas la incorporación o no de medidas anticolisión en las redes ya establecidas.

Las compañías se amparan en que los fondos para las mejoras de las líneas los tiene que poner el Ministerio

En España se estima en más de 25.000 los puntos de riesgo para las aves. Por el decreto de 2008, las Comunidades Autónomas están obligadas a publicar la relación y localización de las líneas eléctricas que no se ajustan a las prescripciones técnicas legales. Castilla-La Mancha, cuya decreto regulatorio es anterior en nueve años al estatal, sí cumple con esa obligación. De hecho, el decreto de nuestra Comunidad por el que se establecen normas para instalaciones eléctricas aéreas en alta tensión y líneas en baja tensión con fines de protección de la avifauna, data del dos de febrero de 1999. En los años previos, la Consejería llevó a cabo unas inversiones millonarias para tratar de evitar la muerte de águilas imperiales.

Hay que tener en cuenta que además de la electrocución, los tendidos provocan muertes por colisión. SEO/BirdLife calcula en que la muerte por ambas causas afecta a más de un millón de aves al año en nuestro país. La electrocución afecta fundamentalmente a las aves que utilizan los apoyos de los tendidos como posaderos, principalmente rapaces, córvidos y cigüeñas. Y entre todas, estima que es una de las causas de mortalidad más importante para rapaces amenazadas tales como el águila perdicera, el águila imperial, el águila pescadora, el milano real o el alimoche canario. La electrocución afecta también a las águilas reales, culebreras, calzadas, buitres, milanos negros, azores, cernícalos, ratoneros, búhos reales y lechuzas.

Iberdrola participa en varios programas conservacionistas, como el MIGRA. Su Fundación incluso colabora con la Sociedad Española de Ornitología, SEO/BirdLife, en el proyecto de estudio de los movimientos migratorios de las aves presentes en España, tiene becas para estudios de energía y medio ambiente a cursar en Estados Unidos, España y Reino Unido y tiene becas de investigación en medio ambiente.

De hecho, la Fundación Iberdrola asegura estar “comprometida con la protección del medio ambiente. Así, el compromiso con la biodiversidad se extiende a importantes acciones que se rigen por las líneas de actuación marcadas en el Plan Director como: el apoyo a programas de conservación de especies amenazadas y la restauración de hábitats protegidos”.

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