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La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero.
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La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero. (Foto: Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa)

Todo preparado para la subida del IVA

jueves 25 de junio de 2020, 21:24h
Anda el gobierno central enredando en un “todos conmigo” para compartir la responsabilidad de los recortes que se avecinan y de la subida de impuestos. En la anterior crisis el marrón se lo comió el gobierno en la soledad de los desheredados, porque el legado recibido era de deudas, impagados y arcas vacías. Ha sido el eje central de los movimientos políticos de la semana. Los recortes se callan. Se vende eso de que los ajustes se harán cuando salgamos de la crisis. Y ya se empieza a despejar el horizonte de por dónde va a ir la subida de impuestos para tratar de ganar en recaudación. Algo difícil de conseguir, porque la experiencia dice que una caída del PIB supone una drástica reducción de ingresos tributarios. En el Ministerio andan tratando de cuadrar el círculo.
Dice la ministra que hay margen para subir la presión fiscal hasta 6 décimas del PIB. Pero no aclara cómo. Dicen en Podemos que no habrá impuestos a las grandes fortunas. Dicen en Estados Unidos que cuidado con el nuevo gravamen que tiene aprobado el gobierno a las grandes tecnológicas. Y claro con la economía en caída de casi el 12,8% -lo dice el FMI, el oráculo del sistema- la recaudación tiende a ir a la baja. El gobierno estimó en su día que el descenso sería del 5,3%, o lo que es lo mismo en las arcas entrarían 13.400 millones de euros menos. Claro que organismos independientes como la AIReF barajan el 2% del PIB lo que sube la merma de ingresos a casi 25.000 millones e incluso sitúan la pérdida en 29.000 millones en un escenario más adverso.

La recesión provocada por la crisis inmobiliaria y financiera de 2008 demostró que el aumento de la presión fiscal no sirvió para aumentar la recaudación por encima de lo ingresado en 2007. El Estado tardó 10 años en recuperar el nivel de sus ingresos, a pesar del incremento de la presión fiscal. En 2007 el Estado ingresó 200.676 millones de euros, en 2009 la recaudación cayó a 144.023 millones de euros. La barrera de los 200.000 millones no se volvería a alcanzar hasta 2018, cuando se llegaron a los 208.685 millones (en los que computa una mensualidad más de IVA por el efecto del nuevo sistema de liquidación). El año pasado la cifra fue de 212.808 millones de euros.

Aumentar 6 décimas la presión fiscal, con una caída del PIB en 2020 del 12,8% supondría a priori y sobre el papel -que lo aguanta todo- tener una capacidad de ingresar 65.125 millones de euros adicionales (74.700 si se tomase como base de cálculo el PIB de 2019). La cuestión es que las grandes figuras tributarias, IRPF e IVA e impuestos especiales son las más afectadas en época de crisis. La renta, por el aumento del número de parados y la bajada de salarios y el IVA y los impuestos especiales por la bajada de precios y por la disminución del consumo. En 2007 la renta bruta (antes de impuestos) de los hogares estaba en 750.639 millones de euros. En 2009 había bajado a 672.798 millones. En 2014 toco suelo y fue de 542.629 millones. En 2019 la renta seguía por debajo de la de 2007 y estaba en 678.881 millones de euros.

El Banco de España apunta como solución al IVA. No es la primera institución que pone el foco en este impuesto y especialmente en el tipo reducido, el del 10% que, fundamentalmente lo aplica el sector turístico (hoteles y hostelería y transporte), el de alimentación o el de medicinas y también el cultural.

Claro que, si hay bajada de precios y cae el consumo, caerán también los ingresos por IVA. Dice el Consejo de Economistas que el consumo privado caerá este año un 8,8%. Dicho esto, dicho todo. Ya el año pasado la desaceleración de la economía hizo que se resintiera el comportamiento de este impuesto. Ahora que esa moderación del crecimiento de 2019 se ha convertido en 2020 en la mayor caída de la economía jamás registrada. Eso supone que cualquier modificación vendrá no a incrementar lo recaudado en 2019, sino a tratar de llegar a lo que se ingresó el año pasado

En 2019 los ingresos por IVA fueron de 71.538 millones, lo que supuso un crecimiento del 1,9% respecto a 2018, año en el que los ingresos por este impuesto crecieron un 10,3%. El propio Ministerio señala que esa “evolución de la recaudación estuvo enmarcada, como en otros casos, en una tendencia general de desaceleración a lo largo del año. El gasto final sujeto a IVA creció un 3,4%, más de punto y medio por debajo del aumento registrado en 2018. La evolución a la baja fue consecuencia tanto de la desaceleración general de la economía como del moderado incremento de los precios en 2019”.

Basta mirar a lo que sucedió en la pasada crisis. En 2007, justo antes del estallido de la burbuja, el Estado recaudó 55.850 millones de euros por IVA. En 2012 subió el tipo reducido del 8% al 10% y el general del 18% al 21%. A pesar de eso en 2013 la recaudación fue de 51.931 millones de euros, casi 4.000 millones menos que antes de la crisis.

El 28 de febrero, quince días antes del decreto del estado de alarma, la Ministra de Hacienda dijo en la cadena SER: “La subida del IVA del 21% al 23% está descartada. El aumento del IVA no es la opción preferida de un Gobierno progresista sino impuestos progresivos que hagan que pague más quien más tiene. Ahí radica la grandeza de un país, en que todos seamos iguales". Palabra de Ministra.

Habrá subida de IVA… Y se explicará convenientemente y con la misma épica, porque en eso radica el oficio de ministro.
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