Y después del presupuesto, ¿qué?

El presupuesto del Estado se ha convertido hoy en el Santo Grial de lo profano, en la Fuente de la Vida, que da la llave del paraíso de la política. Tener el presupuesto propio te da la existencia y la capacidad de dictar condenas. Y la pena es distinta para los adversarios -ninguneo y menosprecio- que, si es sobre los compañeros “moscas cojoneras”, para los que hay puentes de plata con destino político a ninguna parte.

Y si para tener el presupuesto tu socio mueve el andamiaje del Estado con “estupideces” -Felipe González dixit- pues que viva la estupidez.

Y en esto, en la otra corte, en la financiera, andan preocupados con los dinamiteros y apuestan por apuntalar a los naranjas para que tengan influencia, hoy y mañana, mande rey o mande Roma. En esa corte quieren estabilidad y les marean las zozobras, no digamos ya el juego de la demolición. Y mientras hay quien juega a eso de la moción de censura en Madrid.

Los dinamiteros han recibido el encargo de hablar con los de la izquierda de la periferia: Indultos y vetos al Rey, que pillan por sorpresa a los de la burguesía nacionalista y que agitan los andamios. Todo por el presupuesto. El presi no sale en la foto. Y además se va a Bruselas.

¿Y del virus qué? ¿cómo andan la cosas? La culpa es del otro y Madrid bien vale una misa.

¿Y cuándo dice que se paga el ingreso mínimo vital? ¿Y cuánto tiempo de retraso llevan las incorporaciones de las nuevas jubilaciones?