Ya hay presupuestos, es la hora de la gestión para la recuperación económica y social

Máxime porque hay que convertir las palabras en hechos y que efectivamente nadie se quede atrás. Para que el Servicio Público de Empleo funcione adecuadamente y se puedan pagar las prestaciones por desempleo o ERTE a los trabajadores afectados por la crisis, el ingreso mínimo vital a los más vulnerables. Porque, de poco sirve hacer normas, dar titulares, si, al final el escudo social es de papel. De poco sirve darle una y otra vuelta a las ayudas para las empresas y autónomos si cuando llegan, una de cada cinco ha echado el cierre, a pesar de ser negocios viables en situaciones normales.

Ya se señalaba hace varias semanas: Es deseable que el gobierno acierte, porque la situación es extrema y se han generado muchas expectativas que no pueden frustrarse por una demora en la ejecución de ese plan de reconstrucción económica y social. Es hora de que los dirigentes miren un poco menos a la política y centren los esfuerzos en la gestión.

Esta misma semana el INE ha revisado a la baja sus estimaciones sobre la evolución económica, que a finales de septiembre caía un 9% no un 8,7% como había calculado anteriormente. Todos los analistas apuntan a que la segunda ola ha frenado el avance de la recuperación en el cuarto trimestre. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, en su último cálculo en tiempo real hecho el 11 de diciembre, apuntaba a que la economía española estaba creciendo desde el 1 de octubre al 1,1%, muy por debajo de lo estimado por el gobierno. La cifra es rebajada por el Banco de España que estima que el crecimiento se quedará en el 0,6% y que no se puede descartar, incluso, valores negativos de hasta el -3% en escenarios adversos. La incertidumbre es tal que el propio gobierno se conforma con que el escenario central (ni positivo ni negativo) no refleje una caída del PIB. En el caso de las previsiones del Banco de España ese escenario central apunta al -0,8%.

La anécdota de la semana en la aprobación presupuestaria la deja el diputado regional del PSOE natural de Tomelloso Iván Rodrigo. Rompió la disciplina de voto y se alineó con el Partido Popular en una enmienda de los conservadores encaminada a que el gobierno se gaste el año que viene 5,7 millones de euros para dotar de un servicio de UCI al hospital de esa localidad. Redondo aplicó la misma teoría que se esgrime desde la Junta en los enfrentamientos y discrepancias con el gobierno de la Nación y es la lealtad para con los votantes. Y es que Rodrigo, además de diputado regional es teniente alcalde de Tomelloso. La enmienda no llegó a ser aprobada y Rodrigo se expone a una sanción por la ruptura de la disciplina de voto.

Hacía más de 30 años que no se producía un incidente en una votación dentro de las filas socialistas. En aquella ocasión cuatro diputados de la provincia de Toledo, en desacuerdo con la dirección regional, no llegaron a acudir a la sesión de las Cortes, lo que obligó a suspender el pleno y a realizar gestiones para que finalmente asistieran a la votación.