El turismo rural arrastra una caída del 60% de clientes y del 45% de pernoctaciones en los 11 primeros meses de 2020

Durante noviembre, la mayoría de los establecimientos tuvieron el cartel de abierto a pesar de las restricciones. En concreto fueron 1.519, ciento sesenta y ocho menos que un año antes, lo que se ha traducido en 1.523 plazas menos. Las 12.815 ofertadas tuvieron un grado de ocupación del 3,95%, mientras que hace un año llegaban al 13,81%. La menor actividad se ha dejado sentir sobre el empleo. El personal se ha reducido en 358, lo que supone un descenso del 17,78%.

Cuenca, Toledo y Albacete, que son tres de los destinos preferidos dentro del conjunto de España, han sufrido especialmente las pérdidas de viajeros. Si en noviembre de 2019 los establecimientos de turismo rural de Cuenca recibieron a 6.144, un año después se quedaban en 261. En el caso de Toledo el descenso fue de 5.799 a 185. En Albacete se pasaba de los 7.075 viajeros a los 579.

El sector ya predijo la debacle. En Cuenca permanecieron cerrados el 14,2% de los negocios, en Toledo el 26%. En Albacete los cierres sólo afectaron al 4,5%. Los grados de ocupación cayeron en Albacete del 10,83% al 3,10%. En Cuenca, del 16,36% al 4,44% y en Toledo del 16,5% al 7,21%. En Albacete el impacto en el empleo fue de 99 puestos (10,9%), en Cuenca de 106 (27,5%) y en Toledo de 99 (34,25%).

En los 11 primeros meses del año pasado, el descenso de clientes ha sido del 59,65% (190.000 menos) y el de pernoctaciones del 45,34% (316.500 menos).

Además de los alojamientos rurales, también han sufrido los negocios de apartamentos turísticos. El número de viajeros que han optado por este tipo de alojamiento se ha reducido de 8.892 a 1.584 y las pernoctaciones totales de 25.804 a 12.299, lo que deja una estancia media por viajero de 7,77 días, sustancialmente mayor a los 2,9 días de noviembre de 2019.