La situación económica que vive el sector se encuentra detrás de este movimiento de hosteleros cuyas decisiones de manifestar su malestar en la calle, además de en los despachos choca con la postura oficial que mantiene la Asociación Provincia, dirigida por Tomás Palencia, partidaria de que prime el diálogo con las administraciones.
Las últimas medidas de restricciones y su impacto en la cifra de negocios del sector han hecho visibles las diferencias. Los discrepantes con la línea que mantiene la Asociación Provincial se han organizado y están preparando protestas mediante carteles para colocar en sus establecimientos y otros emplazamientos, como balcones y vehículos, y han solicitado poder manifestarse en los primeros días de febrero en coche para poder cumplir con las medidas de seguridad por la covid.
La cifra de negocios del sector cayó en nuestro país de media durante el año pasado más de un 20%, mientras que los propietarios mantuvieron buena parte de sus gastos y tuvieron que hacer frente a las medidas restrictivas cambiantes en cortos periodos de tiempo, con incidencia en su organización y en el gasto de suministros. La hostelería junto al comercio y los talleres constituyen el principal grupo de la economía regional, actuando como motor de la misma con una aportación anual al PIB de 7.561 millones de euros (datos 2019) y con un peso en el Producto Interior Bruto regional superior al 17%.
El sector de la hostelería ha perdido casi 8.000 empleos en la región durante el año pasado. Los datos de la Encuesta de Población Activa dan una idea de la magnitud de esta cifra: Toda la economía regional en su conjunto perdió 2.400 empleos, lo que supone que mientras otras actividades, especialmente la agricultura y el sector público dentro de los servicios, generaban empleo, la hostelería era la principal actividad que lo perdía. A ello hay que sumar que dos tercios de los 18.000 trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo a final de año eran de la hostelería, un sector que también ha protagonizado buena parte de las bajas de actividad entre los autónomos. Tras el confinamiento, muchos establecimientos hicieron la reapertura a base de créditos, como señalaron en su día los dirigentes de la hostelería en nuestro país. Unos créditos a los que tienen que hacer frente ahora, con sus negocios cerrados. El sector reclama ayudas directas, la renegociación de condiciones de los préstamos e, incluso se abre paso con fuerza la máxima de “a actividad cero, impuestos cero”. Figuras fiscales como el IVA, el IBI y las tasas están dentro de esa reclamación, que se fundamenta en que existe un cese de actividad de factor obligado por la administración. El impacto en bares y restaurantes también se ha trasladado a la cadena de negocio, fundamentalmente a los proveedores de suministros.
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