El IPI es un indicador coyuntural que mide la evolución mensual de la actividad productiva de las ramas industriales, excluida la construcción. El descenso de las manufactureras y energéticas de Castilla-La mancha fue menor que el del conjunto del país, donde la producción se redujo un 9,1%.
La industria de nuestra Comunidad tuvo un mal comportamiento en el mes de diciembre, con un descenso anual del 1,9%, encadenando doce meses consecutivos en negativo. España, sin embargo, logró romper esa tendencia e impulsar la producción en diciembre un 2,9% respecto al mismo mes del año anterior.
Las empresas que más frenaron su producción en Castilla-La Mancha durante todo 2020 fueron las industrias manufactureras de bienes de consumo duradero, cuyo nivel de fabricación se redujo un 16,6%, seguidas por las de bienes de equipo, que se anotan una caída del 13,2%. Las energéticas produjeron un 8,8% menos y las de bienes intermedios, un 8,1%. El subsector que mejor resistió la pandemia (-5,2%) fue el que produce bienes de consumo no duradero, en el que dentro de nuestra Comunidad destaca el agroalimentario.
En el contexto nacional, las industrias que más ha sufrido ha sido la del cuero y calzado, que ha producido un 28,2% menos que en 2019, y las de confección de prendas de vestir, con un 26,5% menos. Las empresas de automoción se dejan un 18,4%, las de muebles un 17,3% y otras industrias manufactureras un 19,8%.
Sólo la industria farmacéutica española aumentó su producción en 2020. Lo hizo un 2,1% de media.
Por Comunidades Autónomas, las industrias regionales que menos redujeron su producción fueron las de Extremadura (-0,3%), Murcia (-2,5%), Valencia (-5,8%) y Madrid (-6,5%). En cambio, las que más sufrieron fueron Baleares (-20,9%), País Vasco (-14,1%) y Asturias (-13,9%). Castilla-La Mancha fue la sexta comunidad con el registro menos malo.