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El resultado de Madrid no es extrapolable, pero refleja un ánimo social y una nueva realidad política
(Foto: Foto: Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa)

El resultado de Madrid no es extrapolable, pero refleja un ánimo social y una nueva realidad política

miércoles 05 de mayo de 2021, 13:25h

En la izquierda, en el espacio más allá del PSOE, el electorado da la espalda a la nueva-vieja ultraizquierda de Pablo Iglesias y abre la vía a una izquierda moderna y transversal más allá de la tradicional socialdemocracia, que representa el histórico socialismo español. En la izquierda los perdedores son Pablo Iglesias, que se retira y para el que todo deben ser puentes de plata, y Pedro Sánchez.

El presidente del gobierno y secretario general de los socialistas venía de buenos resultados en Cataluña y estaba dispuesto a reforzar su liderazgo nacional dentro del PSOE y abordar una renovación a su medida en las distintas federaciones. Su implicación en Madrid le complican estos planes. Las agrupaciones territoriales del socialismo español deben valorar si el modelo político actual es el que más define al partido o es un proyecto personalista que pone en riesgo la identidad del PSOE, como han señalado destacados exdirigentes socialistas, figuras clave en la transición política y en la gobernabilidad de España y de sus territorios.

De puertas del partido hacia afuera, el problema no lo plantea tanto Pablo Casado como los compromisos con la Unión Europea. Unos compromisos, que se vista como se vista, van a suponer recortes a la economía y a las familias españolas. El gobierno ha apostado por la subida de impuestos a todos: peajes en las autovías, eliminación de la tributación conjunta en el IRPF, mayor fiscalidad al diésel. También por reformas en el ámbito laboral y en el de las pensiones. Es una línea de actuación que va a agrandar más la brecha social con el gobierno. Porque lo peor del panorama económico está por llegar, con la finalización de las medidas protectoras del empleo.

La oficina económica del presidente ya ha echado los grandes números y ha buscado por dónde puede ingresar más y se decanta sobre todo en obtener muchos pocos de muchos (clases medias y bajas) y no en mucho de unos pocos (los ricos). Pero al igual que pasó con Zapatero cuando anunció el primer gran paquete de recortes que ha tenido España en los últimos cuarenta años, los autores no han tenido en cuenta el trazo fino. Y ese trazo fino es una estocada a las clase medias y bajas de este país. Y eso es lo que abre la puerta a la alternancia; no los aciertos de la oposición, sino los errores propios. Unos errores que se suman al hartazgo social por la pandemia y por ese ir y venir de medidas que restringen la actividad de los individuos.

El gobierno va a tratar de justificar su plan en unas recomendaciones de expertos fiscales. Pero “sea por h o por b” y aunque se trate de aplazar la entrada en vigor de algunas de las reformas de más impacto para evitar un desgaste electoral, este se va a producir.

Sánchez hizo grande y conocida a esa gran desconocida que era Isabel Díaz Ayuso y ella se agarró a un anhelo de una sociedad bien confinada, bien limitada en sus movimientos, en sus hábitos y hasta en sus afectos. Y lo resumió con una palabra: Libertad. Era un mensaje al subconsciente colectivo. No se trataba de libertad política, sino de libertad de vivir. Como en su día hace casi 40 años hubo un eslogan que conectó con los deseos y el ánimo de los españoles “Por el cambio”.

En Castilla-La Mancha el socialismo siempre ha estado en conexión con la sociedad y sólo perdió el poder cuando una gran ola nacional les arrastró. Fue cuando la crisis económica del ladrillo, aquella en la que desde el gobierno nacional intentaban pintar de brotes verdes y que terminó por arruinar a numerosas familias y generar una ola de recortes en el sector público, tras los vividos en el privado.

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