CLM centra sus esfuerzos en captar el turismo de nacional, por la incertidumbre del comportamiento del viajero extranjero

Antes del covid, en 2019, en el primer trimestre Castilla La Mancha se situaba, junto a Cataluña, Madrid y Castilla y León, a la cabeza del balance empresarial, con más del 40% de sus empresarios turísticos mejorando sus resultados en el primer trimestre de 2019 con respecto al año anterior.

Una de las claves de ese crecimiento era la demanda urbana, que ahora se ha reforzado con la pandemia. La otra es la buena conectividad de la región, tanto por ferrocarril como por carretera. La tercera, el turismo de negocios, que hoy ha sufrido un duro revés y que puede quedar afectado por los cambios sociales y empresariales, con mayor peso de las reuniones telemáticas. El gobierno regional quiere fortalecer su oferta turística, en los espacios dedicados al cine y LGBT+, conscientes del valor añadido y de la influencia que genera el primero y del elevado gasto del segundo, que tiene su máxima atracción nacional e internacional en la celebración del “orgullo” en Madrid.

El turismo de interior (constituido por las seis regiones españolas que no tienen costa, exceptuando Madrid) lo lidera con fortaleza Castilla y León, cuyos hoteles captan un 35% del turismo de interior y cuyos alojamientos rurales, el 44%. Nuestra Comunidad mantiene una cuota en torno al 17 % y del 18%, respectivamente. Traducido a noches facturadas, el mercado también lo lidera Castilla y León con cuotas parecidas.

Nuestra Comunidad junto a Extremadura con las que presentan los datos menos malos de ventas turísticas al cierre del primer trimestre del año. Mientras en las islas la facturación se ha reducido más de un 88%, en Castilla-La Mancha el descenso sólo ha sido del 61,8%, Castilla-La Mancha y Extremadura (61%). Las otras regiones competidoras directas de Castilla-La Mancha en el mercado de interior, como Castilla y León o la Rioja se han anotado descensos superiores al 81%, según los datos de Exceltur, que también recoge caídas de otros destinos de interior, como Aragón (71,8%) o Navarra (76,6%).

Según el último informe de la asociación de Excelencia Turística, la mayor parte de los empresarios del ramo de la región no ven la recuperación de los niveles de ventas hasta mediados del año que viene, aunque hay un 10% que lo ven entre 2023 y 2024.

De cara a los próximos meses, el sector de la Comunidad espera que mejoren las ventas y que lo hagan a mayor ritmo la demanda nacional que la internacional. En concreto se espera que la caída anual en junio se quede en el -35,6% tras haber llegado a valores del 50%-%4% en los meses de marzo y abril. Las estimaciones es que la demanda internacional se contraiga un 69,3%.


En total, en 2019 Castilla-La Mancha logró su récord turístico con 2.280.000 alojados en hoteles y 319.250 viajeros que optaron por establecimientos rurales. Las pernoctaciones en hoteles el año previo a la pandemia fueron 3.833.000 y en casas rurales 698.000 (aunque estos alojamientos tuvieron su pico más alto en 2018, cuando superaron las 700.000 noches facturadas).

La pandemia ha golpeado con fuerza al sector turístico en todas las regiones españolas, especialmente en las de costa. En Castilla-La Mancha el sector que llegó a superar los 50.000 trabajadores en hoteles, agencias de viajes y hostelería, en marzo de este año apenas tenía 41.340, un 13,3% menos que dos años antes. Los establecimientos de turismo rural de la región llegaron a tener más de 11.000 trabajadores antes de que la pandemia rebajara esta fuerza a 8.125 (datos de marzo de 2021). Castilla-La Mancha concentra a más del 20% de todos los trabajadores de alojamiento de turismo rural de España.

Una idea de cómo ha evolucionado el turismo rural de la Comunidad y la estructura del sector la dan el número de establecimientos, que se duplicaron en poco más de una década hasta superar los 1.700 ya en 2018, un número que permaneció estable durante 2019 y que la pandemia ha mermado en cerca de 300. Las 14.800 plazas que se llegaron a alcanzar hoy han quedado reducidas a 12.600.

Por lo que respecta al conjunto del país, en marzo de 2021, todavía había 755.000 empleos turísticos afectados por la menor actividad 445.000l empleados en ERTEs (un 57% de todas las personas en ERTE en España), y 310.000l personas afiliadas menos (el 61% de todas las ramas donde cae la afiliación), De hecho, mientras, las ramas turísticas acusan un caída del volumen de empleo en marzo, un 40% inferior a los niveles de marzo de 2019, el resto de sectores de la economía española están tan sólo un 1% por debajo en ese mismo periodo.

Con la información oficial disponible hasta febrero, el número de empresas turísticas, medido a través de las cuentas de cotización a la Seguridad Social, se habían reducido en 32.000. Ello supone el 29% del total de destrucción de empresas de toda España, en un momento donde la moratoria concursal hasta diciembre de 2021 todavía no ha obligado a los administradores a iniciar dichos procesos concursales.