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LOS CENTROS COMERCIALES PIERDEN TIRÓN ENTRE LOS ESTABLECIMIENTOS MINORISTAS
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LOS CENTROS COMERCIALES PIERDEN TIRÓN ENTRE LOS ESTABLECIMIENTOS MINORISTAS

martes 28 de febrero de 2017, 11:00h

La negociación para la venta de Xanadú a un fondo de inversión inglés por importe de 500 millones de euros vuelve a poner sobre la mesa la fuerte entrada de la economía financiera en el sector comercial de la economía productiva española. Una inversión, a la que no son ajenos los grandes centros de la capital regional y que busca rendimientos a corto sobre la base de la rentabilidad actual y que se caracteriza en la mayoría de los casos por la revisión al alza de los alquileres a los minoristas y en la rotación de locales.

La economía especulativa llega al comercio en un momento en el que el consumo presenta dientes de sierra y no termina de tirar con fuerza de la demanda interna. La inversión financiera, que es contemplada como una oportunidad de negocio para los promotores de los grandes centros comerciales, eleva los costes de explotación a los minoristas y reduce la rentabilidad.

Al menos cuatro firmas han cerrado en los últimos meses en cada uno de los dos grandes centros de la capital autonómica

Los centros comerciales de la capital regional pierden tirón. Después del desarrollo expansivo, incluso en los años más duros de la crisis, los últimos meses están siendo adversos para las empresas patrimonialistas y para los fondos de inversión propietarios de los centros. En La Abadía en diciembre y enero han cerrado cuatro establecimientos de la galería y en el centro comercial Luz del Tajo han caído marcas emblemáticas como Belross, Foot Locker, Blanco, o Equivalenza y otras como Amichi o Parfois han cambiado de emplazamiento dentro de la política de renovación y subida de alquileres por parte de la patrimonialista. El fenómeno supera la variable de “rotación” que los propietarios de los espacios contemplan como normal y habitual en este tipo de negocios de alquiler de locales comerciales.

Ni las grandes marcas aguantan el tirón. Tras la información de cierre a nivel nacional de la cadena de moda “Blanco”, ahora es C&A la que anuncia la reestructuración de negocio con la clausura de 23 tiendas y un expediente de regulación de empleo que afecta a 300 trabajadores, todo ello tras llevar a cabo un proceso de renegociación de alquileres en toda España. Esta medida supone la reducción del 20 por ciento de la red comercial de la marca de moda en España.

Si Blanco estaba presente en Toledo con el centro logístico de Seseña y una tienda en el centro comercial Luz del Tajo, C&A lo está en el parque La Abadía. Y esta tienda, de momento se mantiene, dentro de los planes de la empresa alemana de la moda por mejorar la rentabilidad en España. El cierre afecta a los establecimientos con pérdidas continuadas.

C&A cierra su tienda en Guadalajara y mantiene la de Toledo

Ésta no es la primera vez que el grupo germano reduce su red de tiendas en España. En 2013 cerró 23 de sus 132 establecimientos en el país. El pasado mes de septiembre, C&A echó el cierre a su establecimiento de la Gran Vía madrileña, situado en el número 48. El cierre anunciado ahora afecta a uno de cada 5, el 20 por ciento. En Castilla-La Mancha cierra la de Guadalajara, no así la de Toledo. En cinco años sus ventas han caído un 28 por ciento y, a falta de conocer los datos de 2016, en 2015 se situaron en los 363 millones de euros.

La cada vez mayor presencia de las empresas financieras y de inversión, que persiguen la rentabilidad a corto, está lastrando la economía comercial. La causa reside por un lado en la búsqueda de rentabilidad mediante la subida de los alquileres y por otro lado con la actividad especulativa de compra y venta de las propiedades, contempladas como instrumentos financieros y no comerciales. La leve recuperación del consumo no aguanta esta tensión sobre los costes, lo que está provocando la salida o cierre de establecimientos.

Y si en los casos de las multinacionales la estrategia viene marcada por la rentabilidad, en la mayoría de los casos, lo que determina el cierre de los pequeños son los vencimientos de los contratos, en unos casos y la escasa actividad comercial en otros. La toma de posiciones de los fondos de inversión en los centros comerciales suele ir seguida de una renovación al alza de las rentas, lo que está provocando que algunos comercios se planteen su estrategia y que barajen abandonar los centros y asentarse a pie de calle.

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