Los datos de la Asociación de Fabricantes de Material Eléctrico (AMFE) indican que la recuperación dejó el mercado en una situación ligeramente por debajo de la registrada en 2019.
AFME confía en que 2022 sea un buen año para el sector, con crecimientos entre el 5% y el 10%, si bien apunta a que estará condicionado por aspectos como la evolución de la pandemia, el ritmo de implementación de los programas de ayudas relacionados con los Fondos Next Generation UE o la disponibilidad de semiconductores y otros componentes.
A diferencia de la anterior crisis, el sector tiene buenas perspectivas por delante, gracias a la importancia creciente de la movilidad eléctrica, el impulso a las energías renovables o la eficiencia energética y la rehabilitación, entre otros factores.