El objetivo inicial de la investigación de Melania González-Rodríguez, dentro del grupo de Neuroplasiticidad y Neurodegeneración de la Facultad de Medicina de Ciudad Real, radicaba en determinar la implicación de las neuronas y de otros dos tipos de células del sistema nervioso, la microglía y los astrocitos, en la afectación de un área del cerebro, el hipocampo, en los casos de alzhéimer. Para ello, compararon cerebros con la enfermedad y otros sin ella y contabilizaron la presencia de las distintas células, midieron el volumen del hipocampo y, paralelamente, identificaron marcadores implicados en la enfermedad.
Este enfoque responde a que el alzhéimer se caracteriza por la acumulación de dos proteínas patológicas (péptido β-amiloide y tau), cuyo progresivo cúmulo provoca la aparición de los signos clínicos característicos de la enfermedad, como por ejemplo el deterioro de la memoria. En estadios tempranos de la enfermedad estas proteínas se acumulan en el hipocampo, región esencial en la formación de la memoria.
“Los resultados indicaron que no todas las subregiones del hipocampo estaban igualmente afectadas, sino que una en concreto (CA1) presentaba menor volumen, una pérdida de neuronas y aumento de astrocitos. Los resultados proteómicos destacaron el posible papel de los astrocitos en la eliminación de las proteínas patológicas mediante un proceso denominado autofagia mediada por chaperonas”, explica la investigadora González-Rodríguez.
Este trabajo comprende el primer estudio que emplea estereología, es decir, la interpretación tridimensional de secciones planas de materiales o tejidos, para estimar el volumen de distintas subregiones del hipocampo, así como analizar neuronas y células de glía, empleando marcadores celulares específicos en muestras con la enfermedad de Alzheimer.
“La afectación específica de una de las regiones del hipocampo, CA1, pone de manifiesto su mayor vulnerabilidad a los cambios patológicos producidos en la enfermedad, y la participación de ciertas chaperonas (BAG3 y HSP90AB1) en la regulación de los niveles de proteínas patológicas las convierten en objetivos terapéuticos interesantes para esta enfermedad”, apunta la investigadora, que agradece la colaboración en el estudio del Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS), y de los biobancos de Murcia (BIOBANC-MUR), de Tejidos de la Fundación CIEN (BTCIEN) y del Principado de Asturias.
La investigación cuenta con financiación FEDER/UCLM, de los ministerios de Economía y Competitividad y de Ciencia e Innovación; y de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.