La compañía ha analizado los datos de sus ascensores para demostrar el impacto que la pandemia ha tenido sobre la movilidad de las personas, que ha ido cayendo y recuperándose a medida que avanzaba o retrocedía el número de contagios en todo el mundo.
Las cifras recogidas por la compañía abarcan desde antes de que los primeros cierres confinaran a la mayoría de la población en sus hogares hasta la actualidad. Los equipos diseñados y fabricados por KONE mueven más de 1.000 millones de personas cada día en los edificios de sus clientes.
Así, el análisis indica que los desplazamientos se redujeron un promedio del 80% entre febrero y abril de 2020, durante el punto más álgido de la primera ola de Covid-19. En Barcelona, al igual que en ciudades como Londres o Ámsterdam, el número medio de arranques mensuales por ascensor en las oficinas cayó un 80%, mientras que en Madrid esta cifra se disparó al 90% menos, ya que fue una zona más golpeada por la primera ola.
Durante los meses posteriores y especialmente a partir de septiembre de 2020, el uso de los ascensores en las oficinas fue recuperándose de forma progresiva hasta noviembre de 2021, conforme se estabilizaba la situación sanitaria y aumentaba la presencialidad en el trabajo.
De hecho, el promedio de uso de los ascensores en los edificios de oficinas en Madrid y Barcelona ya había alcanzado el 60% de actividad con respecto a los niveles previos a la pandemia hasta principios del mes de diciembre, cuando comenzaron a notarse los primeros efectos de la aparición de la variante ómicron.
MENOR IMPACTO EN VIVIENDAS
Frente a la oficinas, el impacto en los ascensores de las viviendas fue menor y también tuvieron una recuperación más rápida. En este sentido, entre febrero y abril de 2020, el movimiento en los edificios residenciales cayó hasta un 40%, pero al finalizar el primer periodo de estado de alarma en el mes de junio, ya se situaba en un 75% de su uso anterior a la pandemia y, en noviembre de 2021, ya prácticamente se recuperaba la normalidad, con un 95% de uso.
Sin embargo, el índice de aumento en el uso de los ascensores se estancó o incluso se redujo debido a la irrupción de la nueva variante ómicron. Si bien en algunos países europeos este cambio en el comportamiento de las personas ya era visible entre octubre y noviembre, en España no se ha hecho patente hasta el mes de diciembre.
Aunque diciembre es habitualmente un mes con menor actividad en los lugares de trabajo debido a las fiestas navideñas, el impacto de ómicron es ya visible en los desplazamientos de las personas en las oficinas, un 45% menor que en diciembre de 2019.
"Los ascensores son una parte fundamental de la vida del siglo XXI para dar forma a los edificios y las ciudades y los datos recogidos de su actividad pueden decirnos mucho sobre cómo ha cambiado la vida en los últimos meses, años, e incluso sobre cómo podría cambiar en el futuro, contribuyendo a construir ciudades más inteligentes y sostenibles", explica el director general de KONE Ibérica, Filipe Nóbrega.