www.clm21.es
Elecciones de Castilla y León y el hartazgo ciudadano
Ampliar
(Foto: Junta de Castilla y León)

Elecciones de Castilla y León y el hartazgo ciudadano

Por CLM21
lunes 14 de febrero de 2022, 11:18h

Las elecciones en Castilla y León son un claro aviso del hartazgo que existe en la población. Pero hay más. Que en Castilla y León sube Vox, se la pega Ciudadanos y emerge con fuerza el provincianismo es algo en lo que todos están de acuerdo. Se dice, pero menos, que los partidos que gobiernan a nivel nacional (PSOE y UP), retroceden y que el que aspira a gobernar en España y es gobierno en esa Comunidades (PP) es incapaz de obtener unos resultados claros. A partir de ahí, los analistas en los medios se están centrando en las consecuencias de los resultados, pero no en las causas. Y en los partidos, todos buscan la lectura amable, la que más les convenga a cada uno.

Ese hartazgo no es nuevo, pero coge fuerza y cambia de dirección. Si hace poco más de una década la indignación dio paso a Podemos y a Ciudadanos, hoy la indignación mira a Vox y al poder local. Y nadie mira qué alimenta esa indignación, quién alimenta ese cansancio.

En 2007, antes del estallido del movimiento de los indignados (primavera de 2011), el PP ganaba las elecciones en Castilla y León con 750.000 votos. El PSOE se quedaba segundo con 575.000. Ayer entre ambas formaciones sumaron 741.000 sufragios (el PP obtuvo 379.000 y el PSOE 362.000). Los partidos que nacieron de la indignación y que decían traer aire y nuevas políticas han fracasado y ayer casi desaparecen del hemiciclo, entre otras razones porque, una vez en el poder, se sumaron a las viejas políticas, e hicieron gala de que lo que importa es el poder y la influencia. Los indignados fueron olvidados. Y han nacido nuevos indignados.

Empieza a producirse un desgaste del sistema, que los grandes partidos son incapaces de reparar, porque siguen en el Caín y Abel y en el poder inmediato, en la existencia, más que en la esencia. Demasiados egos y demasiados egos mediocres, del corto plazo, del qué hay de lo mío y eso. Algunas de las prácticas políticas se convierten en ofensa hacia grupos de ciudadanos. Y todo ello en un clima donde la pandemia ha generado un cansancio emocional en la población, avivado por el juego político en torno a ella.

Al pueblo español se le pide una responsabilidad social, que no demuestran los gobernantes, alimentando el hartazgo. Se han olvidado del interés de Estado.

Algo de este cansancio percibió Pedro Sánchez tras el batacazo en Madrid y trató de dar un giro a su estructura política, pero los nuevos personajes vuelven a caer en los viejos vicios y los viejos actores siguen en ellos. Pensó que pequeños cambios y huir de los terrenos pantanosos eran la solución.

Ahora, todos ponen a Vox y a los partidos provinciales en el centro. Unos alaban, otros critican, Pero nadie se pregunta ¿qué les ha hecho grandes? Una grandeza que han conseguido a costa del PP y PSOE.

Los grandes partidos deberían extraer una lección, cuanto más hartazgo sigan generando, más pequeños se irán haciendo. El que sepa evaluar las causas del hartazgo de la población y ponerles remedio, será el que pueda romper esa dinámica.

Hay agobios vitales, agobios económicos, la luz, la gasolina, el diario de buena parte de las familias, agobios por sectores: los agricultores, los ganaderos, los transportistas, el turístico… Y aquí da la impresión de que las decisiones que se toman a favor de un grupo olvidan o perjudican a otros. Por cierto, la medida estrella para captar a los nuevos votantes, la de los 400 euros parece que no ha tenido los efectos esperados.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios