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LA CULPA ES DEL CHA-CHA-CHÁ Y EL TRIUNFO DE LOS HALCONES
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LA CULPA ES DEL CHA-CHA-CHÁ Y EL TRIUNFO DE LOS HALCONES

jueves 11 de mayo de 2017, 23:18h

El gobierno regional trata de reafirmar su estrategia de marcar la agenda política y el PP trata de limitar esa iniciativa. El gobierno hace un guiño a las zonas deprimidas. Quiere canalizar la indignación y ponerse a la cabeza, antes de que sean otros lo que lo hagan. Que con Talavera se han encendido las luces rojas. El Partido Popular se centra en la preocupación por la gestión sanitaria. Cada vez que el PP denuncia la situación de la sanidad regional, llueven los correos de los ciudadanos. En estas Podemos se mantiene en la pugna por ver quién será el jefe de la formación morada en Castilla-La Mancha –sonrisa en la cara, cuchillo en la mano—. Muy duro el ataque de David Llorente -halcón a la caza- a José García Molina, su rival en la próxima elección del secretario general de Podemos en Castilla-La Mancha. Dice Llorente que uno de los objetivos de su candidatura es “acabar con el molinato”.

El gobierno regional es más de letras que de ciencias. Sabe hablar y usar las palabras y tiene la fortaleza que da el poder para poder propagarla a los cuatro vientos (y tratar de silenciar a los que tengan otras palabras). De sobresaliente, salvo por lo de la discriminación –que deberían hacérselo mirar-. Planes, proyectos, fotos, reuniones…Pero suspende en matemáticas. No se le da bien eso de gestionar ingresos y gastos. Y al final los servicios públicos se resienten con esta fuerte deficiencia o falta de capacidad.

Como dijo García Molina, secretario de Podemos, en la tribuna de las Cortes criticando al Gobierno Regional “una cosa es poner nombres y otra es poner recursos. Y a ustedes eso de poner nombres se les da muy bien. Pero algunas cosas de las cosas que habíamos pactados e incluido en los presupuestos del año pasado no se han hecho”.

En 2016 el Gobierno del presidente García-Page acometió el mayor recorte económico de los últimos años vía ejecución presupuestaria y lo hizo porque a los miembros del gobierno les es más fácil hablar que sumar, reunirse que gestionar. Y cuando llega el suspenso, mejor ocultarlo. Nadie habla, nadie cesa…La culpa es del cha-cha-chá, o del gobierno anterior, que es lo más socorrido. Bueno, ahora la culpa también es de Podemos, por no haber dicho amén a los presupuestos.

Porque en un clima nacional en el que los ciudadanos sienten que la situación está mejor -que ya no estamos en la dura crisis- basta subirse a la ola, poner una sonrisa, visitar pueblos, dar besos y abrazos y dejarse llevar. Y, de vez, en cuando, asomar para decir que Castilla-la Mancha va mejor. Es la comunicación. Y si algo va mal es culpa de otros.

Y –casualidad-así reunidos para aprobar una Ley para fomentar la actividad económica en las zonas deprimidas mediante incentivos, les pilló el informe sobre otros incentivos, los regionales que concede la Unión Europea para fomentar la actividad económica en las Regiones pobres. Porque Castilla-la Mancha es considerada por Europa como una Comunidad con “niveles de vida anormalmente bajos”. Nuestro PIB regional no llega al 75 por ciento de la media de la Unión. Claro que dentro de nuestra Comunidad hay zonas más prósperas y más deprimidas. Estas últimas están muy por debajo de ese porcentaje y a esas es a las que quiere llegar ahora el gobierno.

Y el informe vuelve a suspender en matemáticas y en gestión al gobierno. Sólo presentó dos únicos expedientes de inversión, los que fue capaz de captar o que llegaron por propia iniciativa empresarial. Junto a la región uniprovincial de La Rioja, la que menos. El total de 12 Comunidades españolas fue de 178.

El proyecto de ley aprobado por el gobierno para las zonas más deprimidas de nuestra deprimida Comunidad es impecable. Las palabras son perfectas. Ahora sólo falta poner dinero y gestionarlo. Y en eso va el portavoz del Partido Popular, Francisco Núñez, y recuerda que ellos propusieron en los presupuestos reservar parte de las principales partidas en infraestructuras y gastos sociales para estas zonas.” Y el PSOE rechazó la propuesta”.

Y es que en la selva política reza eso “De qué se trata, que me opongo” y aquello de que “El adversario nunca lleva razón aún ni cuando la lleva”. Y el PSOE no iba a darle esa baza al PP. En política también reza la desconfianza, no vaya a ser que aquellos que tramiten las ayudas de cada zona vayan a ser dentro de dos años los mismos que pidan el voto en esas zonas.

Habló Núñez de sanidad, como también lo hizo la presidenta del Grupo, Ana Guarinos -rigurosa en los análisis y en los datos-. A los portavoces del PP les contestó Fernando Mora que, desde su llegada al Grupo Socialista en sustitución de la nueva consejera de Fomento, trata de convertirse en el azote de los populares, en el enviado de “dios” para marcar la senda a los suyos. Fernando Mora -experimentado en esto de la política- es de los que manejan bien las palabras y tuerce los números. Su compañera y portavoz Blanca Fernández también tiene discurso, muy inteligente y bien montado, pero con menos vehemencia, más pausado, a menos decibelios. Dos estilos distintos. Parece que triunfan los halcones.

Castilla-La Mancha no nació el 4 de julio –cuando tomó posesión García-Page en 2015- tampoco en 2011 –cuando lo hizo Cospedal-. Ella heredó una región repleta de bonitas palabras y de pésimos números. Tal fue el legado recibido que Castilla-La Mancha necesitó un rescate de más de 4.000 millones de euros. Castilla-La Mancha estaba en suspensión de pagos –porque las administraciones no quiebran- Y sacudida por la crisis que golpeaba –coletazos que aún hoy perduran- a los principales países del mundo.

García Page heredó una región con las matemáticas aprobadas y la literatura desatendida por un Gobierno que se había olvidado de las palabras y de su importancia, porque se había dedicado a poner en orden los números, las cosas de comer y a devolver -más pasión que cabeza- alguna que otra bofetada recibida durante 28 años de oposición. Casi tres décadas que presentan en el haber la mayor transformación experimentada por la Comunidad, hasta que el gobierno empezó a olvidarse de la importancia de los números.

Y mientras el gobierno habla de zonas deprimidas, clm21.es da a conocer otros datos de la gestión de los fondos europeos para Castilla-La Mancha, como zona deprimida de la Unión. Y nuevamente otro suspenso en matemáticas del gobierno. El gobierno regional –el de las bonitas palabras, la sonrisa y las fotos- dejó sin gestionar casi la mitad de los proyectos que tenía para invertir directamente o subvencionar a empresas y entidades por sus inversiones. Esa falta de hacer supuso dejar de ingresar 260 millones de euros de la Unión y del Estado.

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