El sector hotelero regional se aproxima a los niveles de rentabilidad previos a la pandemia, a pesar de no recuperar uno de cada cinco turistas

Toledo, el principal destino turístico de Castilla-La Mancha (en marzo atrajo al 34,56% del total de visitantes) sigue sin recuperar los niveles de viajeros previos a la pandemia (-26% en comparación con marzo de 2019), lo que incide de manera directa en que durante el mes pasado la Comunidad todavía estuviera por debajo de los niveles del mismo periodo de 2019. No obstante, el sector registró un avance espectacular, con 79.802 turistas más (+120%) respecto a marzo del año pasado, dejándose notar la recuperación del turismo extranjero, que creció un 432%, lo que supuso recobrar dos de cada tres visitantes de hace tres años.

Durante el pasado mes, la región registró un movimiento de 146.219 viajeros, -36.728 lo que equivale a un -20,1% respecto a marzo de 2019, fecha de referencia previa a la pandemia. Sin embargo, unas estancias más prolongadas permitieron que la reducción de pernoctaciones se quedara en el -16,8% y llegaran a 255.845, un 11% más que en 2021. Esa situación fue especialmente significativa entre los 20.710 turistas extranjeros que nos visitaron (3.896 hace un año). En concreto, las noches de hotel de los visitantes de otros países se encuentran ya tan sólo un 4,5% por debajo de las que generaron en marzo de 2019. Incluso provincias como Cuenca (+9,1%) y Guadalajara (+35%) han crecido en el número de pernoctaciones de turistas extranjeros en comparación a hace tres años.

En la comparativa nacional, Castilla-La Mancha, con un grado de ocupación de plazas ofertadas del 26,7% se sitúa como la penúltima Comunidad, sólo por delante de Galicia (26,6%).

En términos económicos, los precios de las plazas hoteleras de la Comunidad aumentaron un 11,86% respecto a hace un año llegando a situarse ya un 2,86% por encima de marzo de 2019.

Ese nivel de precios permitió una rentabilidad por habitación ocupada de 54,98 euros frente a los 53,95 de tres años atrás. No obstante, la subida de tarifas no puede contrarrestar la disminución de pernoctaciones y el ajuste de la oferta, lo que deja la rentabilidad del sector medida en ingresos por habitación disponible en 18,07 euros, frente a los 19,44 de tres años antes.