El informe semestral de pisos.com revela que las regiones más caras para vivir de alquiler en junio de 2022 fueron Madrid (13,38 €/m²), Baleares (12,09 €/m²) y Cataluña (11,78 €/m²), mientras que las rentas más económicas estuvieron en Castilla y León (4,73 €/m²), Extremadura (5,28 €/m²) y Castilla-La Mancha (5,46 €/m²).
Por su parte, en el primer semestre del año, el incremento más llamativo tuvo lugar en Madrid (7,92%) y el mayor ajuste se produjo en Navarra (-8,16%), mientras que en Castilla-La Mancha se registró un incremento del 0,74% que la posiciona entre las 4 Comunidades que menos encarecieron sus precios.
En la clasificación de provincias por renta, en junio de 2022 la primera posición fue para Madrid, con 13,38 euros por metro cuadrado. Le siguieron Barcelona (12,89 €/m²) y Baleares (12,09 €/m²). En el lado opuesto, Cuenca cerró la clasificación 3,15 euros por metro cuadrado, seguida de Ávila con 3,32 euros, Ciudad Real con 3,65 euros por metro cuadrado y Toledo con 3,81 euros.
Según Ferran Font, director de Estudios de pisos.com, el comportamiento alcista de los alquileres en el conjunto del país responde a que “las rentas del alquiler están demostrando su pujanza en un momento en el que el acceso a la vivienda resulta complicado debido a la creciente inflación”. El portavoz del portal inmobiliario revela que una de las razones que explican que ahora sea más caro ser inquilino que hace un año es que “la vivienda en venta también se ha encarecido, así como las hipotecas, y eso hace que los planes de muchos potenciales compradores se retrasen, lo que presiona al mercado del arrendamiento”. Font indica que “la rotación de inquilinos no se renueva, lo que limita la oferta disponible”. Además, el experto señala que “cuanto más se alargue la incertidumbre económica, más se dispararán los precios”.
Por otro lado, Font opina que “es muy probable que los límites a las rentas que tiene planeado instaurar el Gobierno dentro de las zonas tensionadas para aliviar el esfuerzo salarial actúen como un elemento disuasorio para los propietarios de esos inmuebles, que quizá retiren su piso tras evaluar que no les merece la pena”. En este sentido, Font expone la necesidad de “dar mayores incentivos y reforzar la seguridad jurídica para hacer aflorar esa vivienda improductiva que no se alquila por falta de estabilidad y por temor a un costoso y casi interminable proceso judicial”.
Si (
No(
