El proceso de saneamiento financiero y de reestructuración de la deuda pública de la Comunidad Autónoma abordado por el gobierno regional se deja sentir en los presupuestos del año que viene, en el que el gasto financiero se reduce en 159 millones de euros (-6,6%) lo que le permite liberar fondos para ser destinados a los servicios públicos. Así, el gasto no financiero supera por primera vez la barrera de los 10.000 millones de euros y queda fijado en 10.188,5 millones, 317,2 más (3,2%) que en 2022.
Precisamente el plan de ahorro y de ortodoxia refleja en su conjunto un presupuesto de 12.431,5 millones de euros, con un moderado crecimiento en su conjunto del 1,28%. Sin embargo, el análisis detallado revela lo señalado anteriormente: una disminución del gasto financiero y un aumento del funcional.
Este saneamiento ha permitido a la Consejería de Hacienda llegar a mantener en términos constantes el presupuesto para el año que viene casi en los mismos niveles que en 2022, amortiguando casi en su totalidad el impacto de la inflación, que según los analistas no bajará en nuestro país del 3,5%.
De los 317,2 millones de crecimiento del presupuesto no financiero 125,6 se destinan a la subida de los costes salariales de la Comunidad (3,27%). Otros 112,6 millones corresponden a subvenciones y ayudas y otros 125,5 millones a las ayudas a la inversión a empresas, familias e instituciones. En cambio, el gobierno ahorra y reduce los gastos de funcionamiento en 38 millones de euros y en inversiones (5 millones). La subida de los tipos de interés se deja sentir también en la factura que debe pagar la Comunidad Autónoma en concepto del rédito de los créditos que tiene concedidos que pasa de los 112 a los 124 millones de euros.
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