Según el alcalde de Mora, Emilio Bravo, esta edición generará la afluencia de "entre 40.000 y 50.000 visitantes a lo largo de los tres días". Una llegada de visitantes que, apunta, "tiene un impacto directo muy grande en la economía a todos los niveles".
"Tenemos esta tarde toros, mañana seguiremos con un concurso de migas, esta noche tenemos el festival tradicional de folklore, mañana tenemos a Raya Real", expone el alcalde del municipio. "En definitiva es un fin de semana en el cual disfrutamos mucho la gente de Mora y toda la gente que se acerca a pasar estos días con nosotros", añade.
Entre las actividades de la festividad, destaca el desfile de carrozas temáticas. Un evento en el que cada año compiten decenas de peñas que durante meses construyen carruaje participar en el concurso. Este año, 25 grupos de vecinos compiten con 15 carrozas y 10 carros temáticos.
"La Fiesta del Olivo es una fiesta distinta porque la gente de Mora, los hombres y mujeres de Mora son los protagonistas, los actores y actrices principales de la fiesta", afirma Bravo.
La edición de este año de la Fiesta del Olivo cuenta con la significación añadida de ser la primera celebrada sin restricciones por motivos sanitarios tras las establecidas el pasado año, en el que la fiesta pudo volver a las calles de Mora tras dos años de suspensión por COVID-19.
FIESTA DEL OLIVO EN UN AÑO DE MALA COSECHA
El alcalde de Mora reconoce que este año "la cosecha ha sido mala y evidentemente los precios del aceite han sido caros". Una mala cosecha que el mandatario municipal relaciona con la fuerte sequía que vive la región.
"Yo no quiero que llueva ni hoy ni mañana, pero pasado que empiece a llover", plantea en este sentido, para agregar que "la aceituna, el aceite, es el motor principal de la economía de Mora, cuando hay una buena cosecha, entra muchísimo dinero que repercute directamente en cualquier colectivo", afirma.
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