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Hospital Universitario Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (Albacete)
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El grave deterioro de la lista de espera quirúrgica lastra la recuperación del sistema sanitario regional

domingo 15 de octubre de 2017, 21:24h

Las listas de espera quirúrgica se han convertido en el principal problema de la sanidad regional. Mes tras mes crece el número de pacientes que aguarda una operación, se disparan los plazos medios de espera y el número de pacientes que superan los plazos máximos de garantías sanitarias no dejan de aumentar. En septiembre, la lista negra de la sanidad regional volvió a aumentar en todos sus ratios. Son ya casi 38.000 (37.982 cifra oficial) los castellano-manchegos que aguardan ser llamados para pasar por el quirófano y que se cumpla así la prescripción médica. De ellos casi 15.500 (15.483 cifra oficial), saben que su espera superará los seis meses, que es el plazo máximo que la legislación nacional de salud establece para operaciones más complicadas. Son los peores datos desde que el gobierno actual se hizo cargo de la sanidad.

El gobierno, consciente de la gravedad del problema, trata de obviar este dato y ocultar la situación a la opinión pública. En el comunicado en el que dio cuenta de los datos de septiembre, el ejecutivo se apuntó a la euforia: “El gobierno –titulaba el comunicado- sitúa por primera vez en once años las listas de espera del mes de septiembre por debajo de los 100.000 pacientes”.

A finales de septiembre, 37.982 castellano-manchegos aguardaban para ser operados, 15.483 de ellos con un tiempo medio de espera superior a los seis meses

Debates al margen sobre la veracidad o no de los datos, que el PP cuestiona desde que el ejecutivo depurara de las listas algunas especialidades, como las de cirugía menor o la dermatología y llevara a cabo diversas medidas administrativas de contabilización, las cifras -aun admitiendo que no estén cocinadas- confirman uno de los problemas detectados por el estudio realizado por la Cámara de Comercio Norteamericana sobre la sanidad española, como es que las decisiones de los gestores se toman a corto plazo condicionadas por dos elementos claves: los presupuestos que tienen una temporalidad anual y los plazos políticos, que son de cuatro años.

Efectivamente, en materia de listas de espera el gobierno regional mantiene una obsesión mejorar los datos globales respecto a los que se registraban durante la etapa anterior en la que gobernó el Partido Popular. No hay comunicado mensual en el que el ejecutivo no trate de hacer una presentación de los datos en positivo, buscándose para ello los periodos más favorables a sus tesis para poder realizar la comparación y silenciando cualquier aspecto negativo del sistema. Esa obsesión ha sido determinante en la política sanitaria del ejecutivo que preside Emiliano García-Page.

La política se ha orientado, tal y como el riesgo que apuntaba el informe mencionado, a reducir la cifra global de las listas de esperas sanitarias que requieren menos gasto presupuestario, en concreto se está actuando sobre las consultas externas -especialmente- y sobre las de técnicas diagnósticas -en segundo lugar-. Sin embargo, las listas quirúrgicas, que son las que más recursos consumen del sistema de salud aumentan, porque los recortes del gobierno actual afectan a los pacientes que aguardan una operación.

Esas prioridades de los gestores sanitarios han generado un grave problema estructural a la sanidad regional, hasta el punto de que si cuando García-Page tomó la riendas de las decisiones, en Castilla-La Mancha había 32.902 ciudadanos que esperaban una operación y de ellos poco más del 10 por ciento tenían una demora de más de seis meses, en la actualidad y según el dato oficial del Servicio de salud de Castilla-La Mancha, el total de pacientes ha aumentado en más de 5.000 y los que aguardan más de seis meses son ya casi 15.500, casi cinco veces más de los que había a finales de junio de 2015.

Albacete se convierte en el patito feo de la sanidad regional, con un aumento del 66 por ciento

Los datos por hospitales también son reveladores, mientras que los de Ciudad Real, provincia de la que provienen tanto el consejero de sanidad como la gerente del SESCAM, han mejorado, lo mismo que ocurre con el de Cuenca, provincia de la que es originario el vicepresidente y coordinador del día a día de la acción de Gobierno, los de Toledo, Guadalajara y Albacete han empeorado drásticamente. En Ciudad Real, sólo Manzanares (156 pacientes más) y Alcázar (77) han incrementado su lista de espera respecto a hace dos años.

Toledo aglutina un incremento de casi 3.700 pacientes en estos dos años, de los 5.000 en los que ha aumentado el sistema en la legislatura. Albacete se ha convertido en el patito feo de la sanidad regional. Tan sólo el Hospital Universitario de la capital de la provincia ha aumentado un 66 por ciento la lista de espera quirúrgica en estos dos años y llega ya a los 8.500 pacientes. A esta cifra se suman los 487 de Villarrobledo y los 32 de Almansa. Sólo el de Hellín, que se ha revelado como uno de los mejor gestionados de los 14 complejos hospitalarios del sistema público de salud, logra rebaja el número de pacientes en lista de espera.

Otros centros de poblaciones importantes, como el de Talavera, que ha sido empleado como centro de apoyo para operar a pacientes de otras demarcaciones de salud, especialmente de Toledo ha visto como esa actuación de apoyo se deja sentir en las listas de espera propias, que han aumentado por encima del nivel que tenía al principio de legislatura, tras un año 2016 de reducción paulatina de sus registros.

Algo parecido le ha sucedido al de Manzanares, presentado como uno de los destinos principales de las derivaciones de pacientes desde otros hospitales públicos de la Comunidad durante 2016. Este centro hospitalario que ha servido de apoyo a otros ha empeorado sus propios datos hasta alcanzar el mismo nivel que registraba hace un año (598 pacientes).

Los datos de deterioro de la lista quirúrgica bajo los actuales responsables sanitarios representan el 15,5 por ciento, todo ello dentro de un escenario, que de hacer caso a los comunicados oficiales, se caracteriza por un mayor gasto en la sanidad pública. Ese deterioro provoca que el tiempo medio de espera en algunas especialidades y hospitales del SESCAM superen o estén en torno al año, lo que implica que hay pacientes que permanecen pendientes casi año y medio para ser intervenidos.

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