El corredor formado por la A-42 y la autovía del Henares concentra ya la mayor densidad de plataformas logísticas del centro del país. Según datos de la consultora CBRE, Castilla-La Mancha representa actualmente más del 30% de la superficie logística de la zona centro, y las previsiones apuntan a que la cifra seguirá creciendo con la entrada en funcionamiento de nuevas instalaciones.
Solo en el entorno de Illescas y Toledo capital se han generado en la última década más de 12.000 empleos directos e indirectos vinculados al sector logístico e industrial. La megaplataforma de Inditex en Illescas es uno de los ejemplos más visibles del nuevo modelo, al que se suman otras firmas que han elegido la región para centralizar sus operaciones.
De la agricultura a la industria avanzada
Aunque el sector agroalimentario continúa siendo una pieza esencial del tejido económico regional, el peso de la industria y la logística no ha dejado de crecer. Según el Instituto de Promoción Exterior de Castilla-La Mancha (IPEX), estos sectores suponen ya en torno al 20% del PIB regional, con un crecimiento del empleo industrial del 7% en el último año.
Las nuevas inversiones están impulsando una diversificación económica que refuerza la estabilidad del mercado laboral y contribuye a fijar población en el territorio. Además, la transformación está generando una demanda creciente de perfiles técnicos y cualificados en ámbitos como la automatización, la robótica o la gestión logística.
No obstante, el crecimiento acelerado de la actividad industrial y logística plantea nuevos retos. Los ayuntamientos y el Gobierno regional trabajan en la ampliación del suelo industrial disponible, la mejora de las infraestructuras energéticas y la adaptación de la Formación Profesional a las necesidades reales del tejido empresarial. El objetivo es consolidar un modelo sostenible, competitivo y equilibrado, en el que las nuevas inversiones se traduzcan en empleo estable y valor añadido para la economía regional.
Hacia una industria más verde y digital
La nueva industria castellano-manchega no solo busca crecer, sino hacerlo de manera sostenible. Las empresas apuestan por energías renovables, eficiencia energética y automatización como claves para competir en un mercado global cada vez más exigente.
Con una base logística consolidada, una red de empresas en expansión y una estrategia centrada en la innovación y la sostenibilidad, Castilla-La Mancha se perfila como uno de los motores industriales emergentes del país.
En resumen, la comunidad vive una transformación económica de fondo: del campo al centro logístico, de la agricultura al dato, con una clara vocación de futuro. Si hace unos años el paisaje era sinónimo de viñedos y molinos, hoy lo es también de naves inteligentes, polígonos en expansión y empleo tecnológico.