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El gobierno mantiene su apuesta por las “macropocilgas” a pesar de que son cuestionadas por el riesgo para la salud
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El gobierno mantiene su apuesta por las “macropocilgas” a pesar de que son cuestionadas por el riesgo para la salud

jueves 17 de mayo de 2018, 21:10h
Un informe médico conocido esta semana sobre el impacto del sistema de macrogranjas advierte del riesgo de este tipo de instalaciones no sólo para el entorno donde se ubican, también del impacto negativo a largo o medio plazo en la salud humana. La proliferación de las superpocilgas y macroporquerizas es el último episodio en las agresiones al medio ambiente de Castilla-La Mancha. Y el gobierno regional mira a otro lado. Un experto en agricultura del PSOE confesaba que este tipo de explotaciones es un problema que se debería parar, que “sólo trae guarrería, contaminación y que da pocos puestos de trabajo, que tienen poco valor añadido y que se están poniendo en nuestra región porque nadie las quiere”. Y el consejero de agricultura y responsable de medioambiente, con competencias transferidas, dice que eso es culpa de los ayuntamientos. El portavoz de Podemos, David Llorente, le da la batalla política y las asociaciones de Pueblos Vivos movilizan y sensibilizan a la ciudadanía. Llorente se está convirtiendo en un político incómodo para el gobierno regional porque les afea conductas y actuaciones políticas. Los miembros del PSOE del ejecutivo piden a su compañero vicepresidente del ejecutivo y secretario general de Podemos que frene a Llorente, y en eso está.
Y es que aquí el gobierno hace la política medioambiental no se sabe si más en contra que a favor del medio ambiente. Así al menos parece con las posiciones y declaraciones del gobierno en torno a dos únicos temas: el trasvase y el almacén de residuos nucleares. El resto de cuestiones medioambientales afectan a empresas y mejor llevarse bien, que haya mecenazgos de esos, con ley o sin ley.

Los incendios de la planta de residuos tóxicos en Chiloeches en Guadalajara y del vertedero de neumáticos de Seseña en Toledo y el caso del vertedero de amianto en la capital regional dejaron al descubierto que Castilla-La Mancha se había convertido en el patio trasero de España, en el basurero del progreso, con la mirada hacia otro lado del gobierno regional, uno de cuyos ex altos cargos, el viceconsejero de medioambiente, fue incluido como investigado por la Justicia en uno de esos casos. Castilla-La Mancha servía y sirve de desagüe industrial, incluidos sus ríos. Empresas de fuera utilizaban y utilizan el territorio regional para traer sus desechos o para generar riqueza sin protección del medio ambiente, como reveló el caso de la electrocución de aves y especies protegidas por las líneas de alta tensión eléctricas cuyas compañías, para ahorrase costes, no protegen sus instalaciones contra este tipo de accidentes a pesar de la normativa, con el grave perjuicio ambiental. Clm21.es ya denunció la suerte que corrían los expedientes abiertos

El ejecutivo autonómico puso su acento y todo el foco en el almacén de residuos nucleares de Villar de Cañas y movió Roma con Santiago para oponerse a esta instalación y al gobierno de España. Un almacén cuyo futuro ahora es incierto por un problema de burocracia urbanística. El gobierno regional se moviliza contra el gobierno de España por el trasvase. Y parece que se ha olvidado del resto. Echó tierra en lo de la electrocución de aves. Y se acordó de los residuos industriales (Chiloeches, Seseña y Toledo) como los mortales se acuerdan de Santa Bárbara. A los residuos industriales, se unen ahora los agrícolas y ganaderos.

SI el promotor de una iniciativa de las consideradas de riesgo es el gobierno contrario, se hace batalla política. Cuando los promotores son las grandes empresas, se las pone como modelos, se apela a los puestos de trabajo que generan y se mira a otro lado y si es necesario se remueve a los funcionarios públicos que informan de las irregularidades. Luego está lo de las subvenciones de algunas de esas empresas a la Fundación Impulsa, que se encarga de la promoción institucional del gobierno y de buena parte de sus campañas de publicidad. Parece el guion de una película sobre el tercer mundo.

Esta semana también se han conocido los datos de la gestión económica del gobierno. Va lento en los ingresos y muy acelerado en los ingresos. Es año preelectoral y toca gastar y mucho. Lo del déficit y la regla de gasto, “pelillos a la mar”. Habrá que ver lo que dice Hacienda y lo que esa alegría electoral de unos puede conllevar de pena para la Castilla-La Mancha de todos.

También se han actualizado las cifras de las listas de espera en la sanidad pública. La quirúrgica se ha incrementado en los dos últimos años un 13,19%. Ya son 37.968 castellano-manchegos los que esperan pacientemente a que la consejería de Sanidad les llame para darles fecha y hora para ser operados, 12.793 de ellos llevan más de seis meses en esa situación.
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