Lo que da de sí el cambio en La Moncloa entre los políticos de CLM

Pedro Sánchez no cuenta con García-Page y su organización oficial en Castilla-La Mancha para las tareas de gobernar España. Le ha ofrecido un puesto al presidente de Extremadura, Fernández Vara, pero no al presidente de la Junta. En el caso de Castilla-La Mancha, Sánchez se ha decantado por una fiel, Magdalena Valerio, de acreditada carrera política y responsable de Seguridad Social y del Pacto de Toledo en la ejecutiva del PSOE. Una mujer que ha sido perseguida por García-Page y a la que se ha tratado de desacreditar desde el socialismo palaciego de Fuensalida y los medios fuertemente financiados por el poder regional.

En el PSOE regional la esperanza de entendimiento con el gobierno nacional se llama Sergio Gutiérrez, que aterrizó de Bruselas para hacerse cargo de la secretaría de organización del PSOE-PSCM. Venía limpio de luchas internas, con el aire de diálogo que se respira en las instituciones europeas. Y aunque el aire excluyente del palacio de Fuensalida contamina el ambiente, Gutiérrez ha tenido el acierto de crear puentes con José Luis Ábalos, el secretario de organización federal, lugarteniente de Sánchez y nuevo ministro de Fomento. Está por ver cómo juega esa relación que ha tejido y si es García-Page el que saca provecho de la misma.

En Podemos, mientras, algunos líderes nacionales andan locos por tocar manto y entrar en el gobierno. Desde Castilla-La Mancha, el portavoz parlamentario de la formación, David Llorente, ha dado consejo y aviso a la cúpula nacional del partido: “Deberían aprender del error que ha supuesto la participación de Podemos en minoría absoluta en el Gobierno del PSOE de García-Page" y añade que los miembros de Podemos se han convertido en “cómplices silenciosos” de las políticas del gobierno regional de Emiliano García-Page, que consideran contrarias al programa político de Podemos.

Y es que en Castilla-La Mancha andan a vueltas en el seno de Podemos. El líder de la corriente anticapitalista en la región y portavoz de la formación morada en las Cortes regionales, David Llorente, ha plantado cara al “camarada jefe supremo” en la región, José García Molina, impulsando la iniciativa “Alternativa CLM”. Llorente fue el encargado de presentar el pasado sábado en Toledo este proyecto, conformado por “miembros de Podemos y de candidaturas municipales de unidad popular” y que únicamente había sido anunciado a través de las redes sociales.

El principal propósito de la iniciativa: reclamar la salida de Podemos del gobierno regional y, de paso, mandar el aviso a la cúpula nacional. Llorente denuncia que el pacto de gobierno entre ambas formaciones les hace partícipes del impulso de nuevas externalizaciones de servicios, de las macropocilgas, o de las sanciones a unos jóvenes por repoblar el pueblo de Fraguas. Y añade Llorente que Podemos “no nació para ser muleta”.

Dos días después García Molina, que se dedica a la vida contemplativa en el Ejecutivo y a reunirse en otras tierras con otras gentes, responde a través de la tele pública pidiendo respeto a los mandatos de los órganos de decisión del partido y señalando que “el 80% de los inscritos en Podemos se mostraron a favor de entrar en el Ejecutivo regional”. Vamos que él quiere seguir en eso de la meditación, el viaje y el aplauso a su jefe, García-Page.