A pesar de esos síntomas, el gobierno regional se ha mantenido y se mantiene en una presentación optimista de los resultados, encaminada a presentar un buen resultado de su gestión ignorando las señales de desaceleración del crecimiento del sector, que todavía muestra cierta fortaleza que se deja ver en la generación de empleo a un ritmo anual del 2,6%. El sector ocupa a 48.749 personas, de las que más de un tercio son autónomos. El total de personas que han visitado Castilla-La Mancha durante los ocho primeros meses del año asciende a 1.445.023, que generaron 2.418.221 noches de hotel, con una media de 1,69 pernoctas por persona.
Los datos de la desaceleración del subsector turístico se suman a los del sector servicios y a los de la producción y ventas de la industria, así como a los de exportaciones al extranjero, anticipando su impacto en el crecimiento de la economía regional a menor ritmo que en los últimos años.
La evolución de viajeros y de pernoctaciones en los porcentajes más bajos de los últimos tres años
Son varios los factores que están provocando la moderación en el crecimiento del turismo. Por un lado el número de turistas extranjeros todavía presenta evolución positiva, pero si el año pasado aumentaban a un ritmo del 12,82% respecto a 2016, en este año lo hace sólo al 2,91%. Esos números repercuten también en el número de pernoctaciones que crecen a un ritmo del 4,98% cuando en 2017 lo hacían al 14,57%. En total en los ocho primeros meses del año han visitado Castilla-La Mancha 277.393 turistas de otros países (7.849 más que en 2017). Un año antes, en 2017 lo hicieron 269.544 (30.636 más que en 2016). La moderación está muy relacionada con la recuperación de otros destinos turísticos internacionales tradicionales, como Egipto, Túnez y Turquía, que además compiten con unos precios a la baja. Ese hecho coincide con una estrategia del gobierno regional en la que se prioriza la captación del turista nacional tratando de posicionar a Castilla-La Mancha como referente en el turismo de interior.
Sin embargo, las acciones del Ejecutivo autonómico no terminan de dar los resultados esperados en cuanto a captación de mayor número de visitantes y en aumentar la media de pernoctaciones por viajero. Los turistas nacionales en los ocho primeros meses de año han sido 1.194.793, un 1,64% más que hace un año. En 2017 este segmento creció un 1,68% y en 2016, antes de que el plan estratégico de turismo regional pudiera desarrollarse, lo hizo un 8,95%. El turismo nacional generó 2.036.678 noches de hotel, con una cuota media por viajero de 1,7 noches similar a las de los años precedentes.
De hecho, Castilla-La Mancha es la Comunidad Autónoma con menor tasa de ocupación de las plazas hoteleras ofertadas. El dato del último mes, el de agosto, la ocupación fue del 37,9%. Desde el punto de vista económico, los precios hoteleros han subido en Castilla-La Mancha, un 1,21% en los últimos doce meses. En el conjunto nacional, la evolución ha sido del 0,59%. La tarifa media por habitación ocupada es de 55,01 euros, la más baja y menos competitiva del país, cuya media se sitúa en 107,18 euros. Estos ingresos por las habitaciones ocupadas dejaron una rentabilidad por habitación ofertada y disponible de 22,37 euros, frente a los 84,04 euros de la media nacional. La siguiente región con menor rentabilidad es Castilla y León con unos ingresos medios por plaza hotelera de 33,27 euros, casi un 50% más que el sector de Castilla-La Mancha.
El Plan Estratégico de Turismo, considerado como una prioridad de sus políticas, estaba previsto por el gobierno regional para el periodo 2015-2019, nació con un año de retraso y fue presentado en de 2016 para el periodo 2016-2020. Su desarrollo se demoró y su impacto se empezó a notar en los resultados de 2017. Uno de los retos que se planteaba era el de aumentar el peso del sector turístico como estratégico de Castilla-La Mancha, para lo cual se proponía aumentar el volumen de demanda turística y el impacto económico y social del sector.
La apuesta como destino turístico de interior ha encontrado una fuerte disputa por parte de Extremadura y Aragón, que logran captar mayor cuota que Castilla-La Mancha en un mercado que lidera Castilla y León, con una cuota del 36% y en el que nuestra Comunidad se posiciona en tercer lugar, con un 18%, por detrás de Aragón con un 23% y por encima de Extremadura con un 12%.
Lejos de esta lectura, el gobierno se encierra en una visión más interesada y públicamente no admite las señales de desaceleración del sector. La consejera de Economía, Patricia Franco, se queda en el dato parcial del mes de agosto “que ha sido el mejor mes en la historia del turismo en la región”. Asimismo pone el enfoque en que Castilla-La Mancha “es el cuarto destino que más crece en el acumulado anual, con un 3,2%, mientras en el conjunto del país se contrae un 0,7%”. Una contracción nacional que refleja la caída del sector, que también se produce en Castilla-La Mancha, aunque no en esos niveles al depender menos del turismo extranjero.
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