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Castilla-La Mancha suspende en competitividad económica y se sitúa en el furgón de cola
(Foto: Consejero General de Economistas)

Castilla-La Mancha suspende en competitividad económica y se sitúa en el furgón de cola

  • El Informe de la Competitividad de España 2018 señala que nuestra Comunidad tiene el cuarto índice de competitividad más bajo de España
  • Necesita mejorar en crecimiento, capital humano, infraestructuras e I+D para tener una economía competitiva

martes 25 de diciembre de 2018, 21:11h
Castilla-La Mancha necesita mejorar todos los aspectos que contribuyen a establecer la competitividad de su economía, que es la cuarta más baja de España. Pero especialmente, el mayor esfuerzo debe estar orientado a conseguir un mayor crecimiento económico, a la formación de capital humano, a impulsar las infraestructuras básicas, la eficiencia empresarial y a aumentar la inversión en innovación y desarrollo. Así se desprende del Informe de la Competitividad de España 2018 (ICREG), elaborado por el Consejero General de Economistas, que recoge que nuestra Comunidad se mueve en unos niveles bajos o medio-bajos en las siete líneas que conforman el índice. En ninguno de ellas se alcanzan desarrollos medio-altos o altos.
Según consta en el Informe de la Competitividad de España 2018 (ICREG), a pesar del fuerte dinamismo experimentado en 2017, Castilla-La Mancha se mantiene entre las Comunidades Autónomas con el índice de competitividad más bajo del país. La nuestra es la cuarta región española con la economía menos competitiva, con un índice de 5,104 que dista mucho de Madrid (13,182), País Vasco (12,196) y Navarra (11,183), que tienen las economías más competitivas de España.

A nivel mundial, España ocupa la 34ª posición competitiva según el Informe sobre la Competitividad Global 2017-2018 del World Economic Forum (WEF), lo que supone retroceder dos puestos respecto a la edición anterior en un contexto de crecimiento económico.

El Índice español se compone a partir del estudio de siete ejes, que miden el entorno económico (eje 1), el mercado de trabajo (2), capital humano (3) institucional (4), infraestructuras básicas (5), eficiencia empresarial (6) e innovación (7).

Castilla-La Mancha opuesta el puerto 14 de las 17 regiones españolas en cuanto a entorno económico, mercado de trabajo, eficiencia empresarial e innovación. Y pasa a ser la antepenúltima región (puesto 15) en cuanto a capital humano e infraestructuras básicas. La mejor posición, el puesto 13, lo obtiene en el eje institucional.

En el entorno económico que se establece a partir de variables como el producto Interior Bruto, la inversión extranjera, la tasa de ahorro, la productividad, la tasa de actividad y la de ocupación, Castilla-La Mancha tiene el tercer PIB por habitante más bajo de España y equivale al 78,5% de la media nacional y al 72,2% de la Unión Europea. La productividad por ocupado es de 51.196 euros anuales, la segunda más baja del país con una tasa del 82,8% de la media nacional y de 75,8% en relación a los 28 países de la Unión.

El Informe revela también que Castilla-La Mancha es la segunda región española con menor número de habitantes con titulación universitaria. Estos representan el 27,6% del total de castellano-manchegos. La media nacional es del 36,4%. La tasa de paro era del 20,8%, la cuarta más elevada del país, que tenía una media del 17,2%. La tasa de paro de la Unión Europea era del 7,6%.

En cuanto a la innovación, los economistas parten de que el mayor esfuerzo innovador redunda en una mayor eficiencia en el uso de los factores productivos y, por ende, en la productividad. Castilla-La Mancha destina a I+D el 0,57% de su Producto Interior Bruto, la mitad que el conjunto de España, que destina el 1,2% y casi la cuarta parte que la media de la Unión Europea, que destina el 2,07.

Finalmente, los niveles de desigualdad también influyen en la competitividad de las regiones. Un entorno social-institucional que promueva la equidad o, dicho de otro modo, reduzca la desigualdad, favorecerá el desarrollo. El informe del Consejo de economistas emplea la ratio S80/S20, que cuantifica la relación entre la renta media obtenida por el 20% de la población con la renta más alta, en relación a la renta media obtenida por el 20% de la población con la renta más baja. Islas Baleares, Comunidad de Madrid, Canarias, Andalucía, son las que presentan una mayor desigualdad relativa, superior al 30% de la media de la UE-28 en los cuatro casos. Les siguen Valencia y Castilla-La Mancha, con porcentajes superiores al 20% de la desigualdad media de la Unión.

En una visión global de Castilla-La Mancha, el informe recoge que a pesar del fuerte crecimiento experimentado por el ICREG de Castilla-La Mancha, sigue posicionada en el grupo de nivel competitivo relativo bajo.

El dinamismo en el último año es fuerte en cuatro ejes: Entorno económico (eje 1), mercado de trabajo (eje 2), entorno empresarial (eje 6) e innovación (eje 7). No obstante, evolucionan en sentido contrario, es decir, retrocede en infraestructuras básicas (eje 5) y entorno institucional (eje 4).

Los aspectos más destacados dentro de cada uno de los ejes en cuanto a la contribución positiva más significativa en Castilla-La Mancha son: variación del PIB real y PIB por habitante (eje 1), tasa de paro (eje 2), población adulta en formación, abandono del sistema educativo y nivel formativo alto (eje 3), desigualdad (eje 4), stock de capital (eje 5), tamaño de las empresas, empresas exportadoras, variación de los costes laborales unitarios y variación de productividad (eje 6) y viviendas con acceso a internet y empresas con sitio web (eje 7).

Por el contrario, la incidencia es más negativa se da en: esperanza de vida y horas de formación (eje 3), delitos, deuda por habitante y esfuerzo fiscal (eje 4), tráfico de mercancías e inversión en protección ambiental (eje 5), mujeres empleadoras (eje 6), patentes concedidas, gasto empresarial en I+D de y empresas con red local (eje 7).

Con la elaboración del Índice de Competitividad Regional, el Consejo General de Economistas de España y sus autores han querido aportar a la discusión acerca del desarrollo económico, un instrumento eficaz para la valoración de las fortalezas y debilidades competitivas de las Comunidades Autónomas. Este índice constituye un punto de partida más para la que debe ser asignatura obligatoria en la política económica regional: la elaboración de agendas autonómicas para la competitividad.

El Consejo de Economistas apunta al escenario incierto que atisba una desaceleración económica y advierte de que “La situación económica presenta amenazas derivadas de la escalada de precios de las materias primas, la normalización de la política monetaria europea, las medidas proteccionistas para el comercio internacional, los términos finales de la resolución del Brexit, y otras de orden social como la crisis migratoria, los niveles de pobreza y el medio ambiente”. A juicio del Consejo el Informe de Competitividad Regional en España 2018 constituye una herramienta para identificar mejor cuáles son los factores que deben reforzar y consolidar las Comunidades Autónomas.
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