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Emiliano García Page, presidente del Gobierno de Castilla-La Mancha
Emiliano García Page, presidente del Gobierno de Castilla-La Mancha

Las claves para la victoria en las autonómicas

  • Si no se repite el nivel de movilización, el perjudicado será el PSOE. El mayor número de escaños favorece a los partidos secundarios. Los restos hacen peligrar la reelección de García-Page
  • Ciudadanos y Vox se pueden ver perjudicados por no presentar listas en todos los municipios y el PP si no acierta en transmitir seguridad y tranquilidad nacional

martes 30 de abril de 2019, 13:44h

La noche electoral de las generales el secretario de organización del PSOE de Castilla-La Mancha, Sergio Gutiérrez, ya manifestaba en relación a las autonómicas, que “son comicios diferentes” y hablaba de tendencias, para remarcar que esa línea era la de la victoria del PSOE. Y es que en las tablas de Excel, las extrapolaciones de datos de las generales a las autonómicas le daban al PSOE la pérdida de dos escaños autonómicos. Y aunque de repetirse el 26M los resultados del 28A el PSOE pasaría a ser primer partido regional, perdería fuerza en el parlamento autonómico y los dos diputados que en ese escenario obtendría Podemos no serían suficientes para mantener el gobierno de Castilla-La Mancha. En este reportaje se analiza esta situación y la posible evolución del voto en estas cuatro semanas, porque efectivamente, el voto entre unos y otros comicios no es mimético, ni tampoco la movilización de los electores.

La propia información de la noche electoral de clm21.es adelantaba con casi el 100% escrutado que “aunque los resultados no son extrapolables de unas elecciones a otras, de repetirse en las autonómicas los resultados de las generales, el PSOE de García Page obtendría 13 escaños, y se quedaría a 4 de la mayoría absoluta (perdería 2 respecto a 2015), el PP perdería 8 y se quedaría en 8, Ciudadanos obtendría 6, Vox 4 y Podemos 2”.

La experiencia demuestra efectivamente que no se produce un voto mimético en los diferentes tipos de consultas y que, por ejemplo, las listas municipales son, por general, decisivas para impulsar los resultados autonómicos y, por tanto la ausencia de candidaturas locales de algunas formaciones les penaliza en el voto autonómico.

La situación endiablada que elPP no llegó a ver

En las elecciones generales el Partido Popular no acertó a calibrar el alcance de la situación tan endiablada que se le venía encima. En la Castilla-La Mancha Rural no tenía capacidad de crecer en votos. Con una participación en esos núcleos en consultas anteriores que superaba el 80% o se movía en torno a ese porcentaje y con un liderato de ese partido indiscutible en muchos de esos municipios, lo único que podía pasar era que perdiera voto a favor de otras fuerzas del mismo espacio ideológico, especialmente hacia Vox, como así sucedió. Trató de evitar esa fuga con un mensaje más radical, lo que terminó por movilizar al electorado moderado y de izquierda de las ciudades, lo que terminó por hacer su derrota aún mayor. Y esa mayor movilización, ese incremento de la participación lo había anunciado el CIS. Era el dato más importante del barómetro electoral, y así lo destacó clm21.es en el titular. Y el PP no terminó de verlo.

De cara a las elecciones autonómicas el secretario de organización del PSOE castellano-manchego señalaba que “la tendencia por la que están apostando los castellano-manchegos está muy clara”. La cuestión, aún siendo cierta, presenta varios matices. El primero y más importante: el número de escaños en juego en las autonómicas en cada circunscripción es mayor y, por lo tanto, los restos favorecerían al PP. Segundo dato de la matemática electoral que entra en la ecuación: si el nivel de participación va a ser igual o no. El PSOE debe tratar de mantener esa alta participación, porque cada punto que crezca la abstención en relación al28 de Abril juega en su contra. El PP tiene a su favor el tirón de las candidaturas locales y el hecho de que en algunas provincias, con los resultados de las generales esté peleando escaños con Ciudadanos o con Vox, como le sucede en Cuenca.

Lo difícil de calibrar en estos momentos, y eso es lo que deben determinar las encuestas, es el comportamiento de los electores de Vox y los que ha sumado Ciudadanos en estos últimos comicios. SI se fijan y fidelizan o por la ausencia de listas municipales o por otros factores parte vuelve al PP. Y en esos otros factores va a ser clave la imagen nacional de marca que transmitan los partidos de los conservadores, liberales y ultraconservadores, especialmente el PP, si logra mandar un mensaje de seguridad y de tranquilidad al electorado o mantiene la brecha abierta.

La batalla por los restos

De momento y con los resultados de las generales, los restos provinciales en disputa para estas autonómicas serían en algunos casos muy reducidos. Así 249 votos más a Vox en Albacete le restarían un escaño al PSOE, que pasaría a la formación de Abascal. En Ciudad Real los restos son bastante amplios y en principio no hacen bailar ningún escaño. Algo parecido sucede en Guadalajara. En Cuenca baila un escaño entre PP y Ciudadanos por 911 votos y a ese baile se sumaría también Vox. En Toledo la disputa es entre Vox y Ciudadanos y ambos se juegan un segundo diputado.

Y los restos vuelven a ser determinantes porque el PSOE necesita obtener 17 escaños para poder gobernar, ya sea por sí mismo o con el apoyo de otra fuerza. Con el resultado de las generales, ese escenario sólo es posible con Ciudadanos que obtendría 6 diputados que se sumarían a los 13 del PSOE. La cuestión es que si el PSOE cede el de Albacete a favor de Vox y Ciudadanos uno Toledo a favor de Vox y otro en Cuenca a favor del PP, la suma (PSOE-Ciudadanos) no le daría a García-Page y sí a Paco Núñez la de PP y Vox, quedando la posibilidad de que los naranjas se sumasen a ese gobierno

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