El Gobierno de Castilla-La Mancha ha acordado suspender las salidas de los usuarios de residencias de mayores de la región de una duración menor a siete días, dado que estos centros se están viendo afectados por la incidencia del COVID-19, con un incremento paulatino del número de casos y brotes, lo que supone, en una población muy vulnerable como las residencias, un elevado riesgo de hospitalizaciones y defunciones.