El dato viene a aportar una poco de luz a un panorama nada halagüeño. En lo que va de año ya son 2.408 las ejecuciones hipotecarias que se han llevado a cabo en la región. La inestabilidad política y los avisos de una desaceleración económica tiraron al alza de la cifra de ejecuciones.
Del total de ejecuciones hipotecarias realizadas en la región en el último trimestre contabilizado por el INE, 264 se corresponden con procedimientos iniciados sobre viviendas, más del 75%. Del resto, 18 fueron sobre fincas rústicas, 6 sobre solares y los 63 restantes sobre otro tipo de fincas urbanas.
A nivel nacional, el número de inscripciones de certificaciones por ejecuciones hipotecarias iniciadas en los registros de la propiedad en el tercer trimestre de 2019 es de 12.369, lo que supone un 24,7% menos que el trimestre anterior y un 28,2% más que en el mismo trimestre de 2018. Las ejecuciones hipotecarias sobre viviendas concentran el 46,8% del total de ejecuciones hipotecarias en el tercer trimestre de 2019.
Las Comunidades con mayor número de certificaciones por ejecuciones hipotecarias sobre el total de fincas en el tercer trimestre son Cataluña (3.178), Comunidad Valenciana (3.159) y Andalucía (1.904). Por su parte, Navarra (27), La Rioja (38) y País Vasco (50) registran el menor número.
En el caso de viviendas, Cataluña (1.439), Comunidad Valenciana (1.398) y Andalucía (1.189) presentan el mayor número de ejecuciones. Y País Vasco (9), La Rioja (13) y Navarra (18) los menores.
Desalojos voluntarios y desalojos forzosos
La ejecución hipotecaria es un procedimiento ejecutivo a través del cual se ordena la venta de un bien inmueble, que estaba gravado con una hipoteca, por incumplimiento del deudor de las obligaciones garantizadas con la hipoteca.
El objetivo principal de la estadística sobre ejecuciones hipotecarias que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) es ofrecer trimestralmente el número de certificaciones de ejecuciones hipotecarias que se inician e inscriben en los registros de la propiedad durante el trimestre de referencia, relativos a la totalidad de fincas rústicas y urbanas. Conviene destacar que no todas las ejecuciones de hipoteca que se inician terminan con el lanzamiento de sus propietarios.
Pese a que comúnmente se confunden los términos desahucio y lanzamiento, el primero se refiere a la acción de resolución por la cual los propietarios, arrendatarios u ocupantes de un inmueble lo desalojan voluntariamente o mediante orden judicial; mientras que el lanzamiento supone el desalojo forzoso de los ocupantes de un inmueble y la entrega de su posesión. Los lanzamientos pueden ser consecuencia de un proceso de ejecución hipotecaria, de procedimientos derivados de la Ley de Arrendamientos Urbanos o pueden deberse a otras causas, como la ocupación ilegal de un inmueble.