El ex presidente y ex secretario general de los socialistas españoles, Felipe González, ha adelantado el plan B de Pedro Sánchez, el de abstenerse en el caso de que el Partido Popular presente otro candidato, tal y como adelantó clm21.es.
Malestar en el círculo de Pedro Sánchez por la celeridad de algunos barones en lanzarse al ruedo y precipitar las estrategias
El ex presidente del Gobierno ha apelado a la obligación de Rajoy: “el sentido de la responsabilidad y de Estado –ha dicho el ex secretario general del PSOE- no es atribuible solo a los demás sino fundamentalmente a los que tienen incluso más votos que los demás”. Para González “el PP es el partido más votado, pero su candidato es el más vetado y no sólo por las demás fuerzas políticas. Incluso dentro de su electorado tiene un profundo rechazo”
Las declaraciones de González se han producido en la emisora WRadio de Colombia. Como ya adelantó clm21.es hace dos días, el secretario general de los socialistas españoles no es partidario de explorar un gobierno alternativo porque no se fía del líder de Podemos, Pablo Iglesias, y porque no está dispuesto a negociar sobre el derecho a decidir y favorecer las consultas de autodeterminación de algunas Comunidades Autónomas. Tampoco está por la celebración de unas terceras elecciones y pechar con el sambenito de ser él el que bloquee la formación de un gobierno en nuestro país.
Así las cosas, Pedro Sánchez tiene calculado traspasar la responsabilidad de un posible bloqueo institucional al presidente del Partido Popular y candidato a la investidura, Mariano Rajoy. Pedro Sánchez quiere cobrarse la cabeza de Mariano Rajoy, lo que permitiría presentar la abstención a sus militantes, a la vez que frenar en seco a los barones que tratan de moverle la silla, especialmente a los presidentes de Castilla-La Mancha, García-Page, de Andalucía, Susana Díaz, y de Extremadura, Guillermo Fernández Vara. En el círculo próximo a Sánchez existe malestar por la actuación de los dos primeros y su rapidez en hacer declaraciones tras la primera votación en la investidura de Rajoy, porque obligaban a poner la jugada socialista al descubierto, algo que ha tenido que hacer la persona con mayor predicamento en el PSOE, Felipe González.
De hecho, el núcleo duro de la ejecutiva tenía la estrategia y los tiempos calculados para el desarrollo del plan b, que ahora se ha precipitado por la impaciencia de Fernández Vara y García Page. Como ya anticipó clm21.es, la primera medida era centrar las críticas en la persona de Mariano Rajoy y no en el PP. Y tanto en el debate como después de él Pedro Sánchez y los miembros de su ejecutiva, especialmente su fiel escudero Antonio Hernando, pusieron todo su empeño en esta estrategia y dirigieron el foco al candidato al que trataron de hacer un traje sobre varios ejes: falta de credibilidad, falta de entusiasmo y responsable del pasado.
Las palabras de Felipe González no sólo apuntan la salida calculada, sobre todo viene a tratar de poner orden en el grupo de críticos que estaban más pendientes de la cabeza de Pedro Sánchez que de la de Mariano Rajoy. Y es que en líderes históricos existe un tremendo malestar porque las maniobras internas y la apertura de continuas crisis está mermando la base social y la credibilidad de un partido que se enorgullece de sus casi 140 años de historia años de existencia y que en estos momentos se encuentra en los peores momentos desde la restauración de la democracia.
Si la jugada alternativa le sale bien a la dirección del PSOE, Pedro Sánchez saldría fortalecido de cara a un inmediato congreso. Todos lo saben, de ahí que, en círculos próximos a Pedro Sánchez, ironicen con que en los próximos días la salida política al bloqueo que tiene preparada como plan b “va a tener numerosos padres”.
Si (
No(
