BBVA espera un crecimiento de la economía del 10% en el tercer trimestre tras una caída del 20% en el primer semestre

En cuanto al impacto de la crisis, señala que, además de haber sido significativo, ha sido heterogéneo y diferente al observado en 2008: ha afectado más a sectores de “consumo social” (la construcción no es el detonante), a comunidades autónomas con mayor exposición a ellos, a jóvenes, y proporcionalmente más a mujeres y extranjeros.

Respecto a la caída de la actividad del 20% en el primer semestre, el estudio señala que las dudas sobre la salud y la situación laboral, junto con la mayor duración de las medidas de confinamiento y distanciamiento social, habrían dado lugar a un ajuste del 25% en el gasto en consumo de los hogares durante los primeros seis meses del año. El descenso se habría concentrado en bienes y servicios producidos internamente (restauración, ocio, turismo) y menos en las importaciones (alimentación, hogar, salud), lo que se traduce en una caída mayor del PIB.

La recuperación con la desescalada y la vuelta a la normalidad se nota prácticamente en todos los sectores de consumo individual, o en aquellos donde la flexibilización de restricciones se hizo primero y se incentivó el consumo (peluquerías, deporte). Progresivamente, la mejora ha ido llegando a sectores de “consumo social” como la restauración o el ocio, aunque las caídas respecto al mismo período del año anterior siguen siendo importantes. El análisis también señala que se empieza a observar que la recuperación llega también al turismo.

La pandemia ha cambiado el consumo de los españoles. Según el estudio la incertidumbre y esos cambios en los hábitos de consumo han impulsado el gasto en servicios sanitarios y en algunos sectores que comercializan bienes. También apunta a que la alimentación mantiene tasas de crecimiento relativamente elevadas, incluso conforme la desescalada ha permitido volver a comer fuera de casa y finalmente que, el gasto en bienes del hogar y tecnología se ha recuperado de forma considerable, en línea con el mayor tiempo que dedican las familias a estar en casa y a la necesidad de consumir o producir bienes y servicios desde ahí.

También señala que la incertidumbre está limitando el gasto de las familias: si bien el consumo se ha reactivado, se ha desacelerado con cada fase de la desescalada. Aunque ha retornado el consumo en entornos sociales, el gasto en restaurantes, ocio o alojamiento se mantiene todavía muy por debajo de los niveles observados hace un año.

BBVA ve posible la recuperación de las exportaciones, con especial atención a los sectores farmacéutico y agroalimentario y con mayor incertidumbre en el de automoción.

El análisis abunda en la tesis de que las políticas públicas habrían permitido evitar una caída más profunda. Esas políticas públicas las mide el estudio en términos de PIB. Y determina que el gobierno habría movilizado recursos equivalentes al 15% del PIB, de los que 3,5 puntos habrían sido transferencias a los sectores económicos. Las nuevas medidas aprobadas para el tercer trimestre (ampliación de ERTEs, ingreso mínimo vital, fondo Covid para las Autonomías y planes de impulso para el turismo y la automoción) suman un importe equivalente al 1,7% del PIB español (que es de 1,24 billones de euros).