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El Covid-19 obliga a reorientar el modelo económico español para que la economía crezca con rapidez y genere empleo
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El Covid-19 obliga a reorientar el modelo económico español para que la economía crezca con rapidez y genere empleo

  • Construcción, automoción y energía verde se abren paso para la salida a la crisis
  • La industria agroalimentaria y el sector sanitario industrial y de servicios, se convierten en estratégicos para el futuro

martes 21 de abril de 2020, 21:13h
La crisis sanitaria ha dañado los principales pilares del modelo económico español, que durante los últimos años y tras la Gran Recesión reemplazó el ladrillo por un impulso del turismo y las exportaciones y por una apuesta por la competitividad empresarial. Todo ello con un mercado de trabajo caracterizado por la temporalidad. Apuntalar el modelo mientras se inicia uno nuevo con capacidad de generar de forma rápida valor añadido y empleo es la tarea que tiene por delante la comisión parlamentaria que se va a crear para buscar un acuerdo nacional y en la que deberán establecerse también las medidas de protección y recuperación social.
El panorama de destrucción económica y de empleo en España puede ser más sombrío que el apuntado por el Fondo Monetario Internacional (8%), por el BBVA (10%) o por el Banco de España (hasta el 13,6%). De confirmarse las previsiones de Exceltur, tan sólo el impacto de la crisis en el sector turístico se cobrará 124.000 millones de euros, un 10% del Producto Interior Bruto. A ello habría que sumar la pérdida de la cifra de negocios de otras actividades del sector servicios y de la industria. Dentro de los servicios, el subsector del ocio, que también estaría cerrado todo el año según adelantó la ministra de Trabajo, genera 55.000 millones anuales de valor añadido. Su cierre se traduciría en no menos de otros 3 puntos más de contracción del PIB nacional. La evolución del turismo estará ligada a la evolución de la existencia de vacunas o tratamientos retrovirales contra el Covid-19, aunque el sector ya asume que, en cualquier caso deberá rediseñar el modelo.

Hasta la fecha, los analistas, tanto el FMI como el Banco de España sitúan el paro de España a final de año en un 21,7%, lo que traducido a número es 5.000.000 de personas, casi dos millones más que a finales de 2019. A ellos habría que sumar los que se encontrasen afectados por los Expedientes Temporales de Regulación de Empleo. En cuanto a la generación de riqueza, con los pronósticos más pesimistas, la pérdida puede asomarse a los 200.000 millones de euros. En un escenario fuera de crisis sanitaria, España viene aumentando su riqueza en valores promedio del entorno de los 41.000 millones de euros anuales desde 2015.

La oportunidad a futuro se abre para el sector de la construcción, para el energético y para la nueva automoción. Son tres de los sectores estratégico, por la capacidad que tienen de generar valor añadido bruto, dinamizar otras ramas de la actividad económica, tanto de la industria como de los servicios, y algunos de ellos de ser catalizador en la creación de empleo. La automoción representa el 10% del PIB y la construcción el 6%. El presidente del gobierno, Pedro Sánchez ya apuntó la senda de la transición ecológica como una de las vías propuestas para la salida de la crisis.

El escenario del sector de la construcción estaba marcado en los últimos meses en la obra civil con una demanda de la patronal de de garantizar el mantenimiento de la red viaria costeado mediante el peaje por el uso de autovías y en el residencial por una tensión en el precio del mercado de viviendas en zonas que han absorbido la mayor parte del stock de la crisis del ladrillo o en las que hay poca oferta de alquiler. En ese escenario se abren paso medidas como un plan que impulse la construcción de vivienda pública y de vivienda protegida y de otro de obras de ingeniería civil, nuevas y de mantenimiento. La primera medida además añadiría al enfoque económico la componente social.

En el sector energético y en el de automoción, uno de los campos de oportunidad que se baraja es el de la energía no contaminante, que formaba parte de la agenda económica y medioambiental del gobierno.

Desde el punto de vista de estrategia de país, gobierno y oposición coinciden en reforzar el sistema sanitario y la industria ligada a él para tener una mayor y más ágil capacidad de respuesta ante riesgos similares al del coronavirus, que no son descartados por los expertos. En los últimos años, los riesgos a los que se ha enfrentado nuestro país han sido de carácter sanitario,la mayoría de ellos ocasionados por un virus: mal de las vacas locas, SIDA, ébola, gripe aviar, el SARS.

Otro de los sectores estratégicos, como ha quedado patente en la pandemia del Covid 19 ha sido el agroalimentario. Para finales de marzo de este año estaba prevista una reunión del Consejo Europeo para decidir el alcance de los recortes de las ayudas a la Política Agraria Común. La reunión se producía tras un escenario en España de protestas de agricultores reclamando precios justos en origen y reclamando un mantenimiento de rentas. La perspectiva financiera europea en materia agrícola tenía que haberse definido a finales de febrero. La posición de los países del norte a recortar el programa aplazó la toma de decisión un mes. Estallido de la crisis sanitaria ha dejado en un segundo plano esa preocupación. Ahora Europa mira cómo deben ser los presupuestos no para un escenario pre crisis, sino para salir de la misma.

Uno de los graves problemas de España antes de la crisis era la debilidad de sus finanzas públicas. Dicho de otra manera: el gobierno no tenía fondos suficientes para llevar a cabo un programa de reformas económicas y sociales cuyo coste oscilaba entre los 12.000 y los 20.000 millones. Por ello planteó la subida de algunos impuestos (diesel, por ejemplo) y la creación de otros nuevos (tasa Google, por ejemplo).

Ahora, el proceso de reconstrucción económica y social necesita de no menos de medio billón de euros, según se desprende de las declaraciones oficiales. Un dinero que de partida no se puede obtener de la actividad económica, ni a través de medidas fiscales como las previstas antes de la crisis. Todos miran a la deuda, unos quieren mutualizarla (coronabonos) otros se oponen.
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