Todas las regiones de interior, mercado en el que compite Castilla-La Mancha sufrieron parecidas o superiores caídas. De hecho, Castilla-La Mancha es junto a Navarra la Comunidad que presenta mejor evolución de las pernoctaciones dentro del conjunto, en el que se hunde Castilla y León (-83,7%), Extremadura (-72,7%) y Aragón (-70,1%). De hecho, Castilla-La Mancha registró 21.128 pernoctaciones, el 25,3% del total contabilizado en las seis Comunidades de interior.
Tras el cierre total de abril y la apertura limitada a viajeros de la provincia en mayo y parte de junio, el semestre cierra con 37.102 viajeros, que son 101.294 menos que en el mismo periodo del año pasado (-73,19%) y con 89.033 pernoctaciones, 188.329 menos que en el primer semestre de 2019 (-67,90%). En total, las seis Comunidades de interior han perdido en el semestre 514.027 viajeros y 1.087.879 pernoctaciones. En el reparto de esa pérdida semestral de mercado, la región que más sufrió fue Castilla y León, que acumula el 50% de la pérdida de clientes que eligieron destino de interior y del 47% de las pernoctaciones. La bajada de Castilla-la Mancha equivale al 19,7% de los visitantes y al 17,3% de las pernoctaciones totales de las seis regiones españolas de interior
Aunque el INE no ha facilitado la evolución de los precios, estos venían de revisiones a la baja. Hace un año, los propietarios de estos establecimientos habían rebajado sus tarifas un 1,82% en comparación con junio de 2018.
El estado de alarma finalizó el 21 de junio, fecha a partir de la cual se levantaron las restricciones a la movilidad por el territorio nacional. En Castilla-La Mancha, en junio abrieron 902 establecimientos, 819 menos que un año antes, y ofertaron 7.891 plazas, 7.028 menos que en junio de 2019. A pesar de esta reducción en el número de plazas, la ocupación se redujo en 5 puntos porcentuales entre semana y en 13 puntos en fines de semana. En concreto se alcanzó un 8,92% de ocupación diaria de las plazas ofertadas, frente al 13,54% de un año antes. En fines de semana se pasó del 15,57% al 13,43%.
En cuanto al empleo, las casas rurales y otros establecimientos extrahoteleros de turismo rural han empleado a 1.238 personas, mientras que un año antes eran 2.255 las personas ocupadas en el sector.
Castilla-La Mancha cerró el año pasado batiendo un récord en la demanda de alojamientos de turismo rural, y alcanzando el segundo mejor registro histórico en pernoctaciones, pese a un mes de diciembre que no fue positivo en las cifras para el sector. La región alcanzó los 313.030 viajeros alojados en establecimientos de turismo rural, lo que supone un crecimiento del 2,6 por ciento con respecto al año 2018, que ya fue de récord, y eleva el listón aún más para un sector que también se anotó el segundo mejor registro en pernoctaciones, con más de 688.000 a lo largo de 2019.