Una de las grandes ventajas de la PCR es su elevado grado de sensibilidad, lo que permite a los investigadores extraer y amplificar secuencias concretas de ADN. Precisamente esta elevada sensibilidad obliga a extremar los cuidados para evitar la contaminación con otras fuentes de material genético presentes en el entorno del laboratorio.
Para preservar la asepsia en la realización de estas pruebas, la Sección de Análisis Clínicos de la Gerencia de Tomelloso está siguiendo escrupulosamente los protocolos pautados por los organismos reguladores (Organización Mundial de la Salud y el ministerio de Sanidad), tal y como ha señalado la jefa de Sección de Análisis Clínicos, Irene Sanz.
Así, el laboratorio del Hospital General de Tomelloso dispone de tres zonas correctamente delimitadas, con el objetivo de conseguir un flujo unidireccional que evite la contaminación de las muestras y el contagio de los profesionales.
En la zona uno se realiza la extracción de ácidos nucleicos y es el lugar donde se desarrolla el procedimiento de inactivación viral en cabina de bioseguridad biológica (tipo 2). La zona dos es la de la preparación de reactivos RT-PCR y la tercera zona es la de amplificación y detección.