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La economía regional, convaleciente por el coronavirus
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La economía regional, convaleciente por el coronavirus

  • El panel de los indicadores del primer semestre del año refleja el impacto de la pandemia en los diferentes sectores
  • La industria regional se recupera con rapidez mientras la Covid deja profundas huellas en el turismo, la hostelería y el comercio

miércoles 09 de septiembre de 2020, 21:27h
El lunes se cumplen seis meses desde la primera declaración del estado de alarma, que se hizo -como destacó el presidente Pedro Sánchez- porque “ponemos en el centro de nuestras prioridades la salud de las personas”. El balance sanitario deja seiscientos mil contagiados y más de cincuenta mil muertos. En el económico, en los primeros dos meses y medio, la pandemia llevó al tejido productivo a la UVI, con un fuerte impacto social. Al drama humano de muertes y convalecientes con secuelas se suma el de la pérdida o menoscabo de ingresos en amplios sectores sociales, las colas ante la beneficencia de organizaciones sociales para conseguir alimentos. Clm21.es ofrece hoy la primera entrega de varios reportajes sobre cómo el coronavirus ha cambiado nuestras vidas. Hoy analizamos desde el punto de vista económico, cómo ha afectado a la industria, al comercio, al turismo, a la hostelería y a la cesta de la compra.
El cuadro con la evolución de los principales indicadores de la economía regional que ofrece hoy clm21.es revela la magnitud del agujero que la pandemia ha ocasionado en empresas y familias en nuestra Comunidad. Todavía no se han publicado los datos de la contabilidad regional del segundo trimestre, pero el Instituto de Estadística de Castilla-La Mancha cifra la caída anual del PIB de nuestra Comunidad en el -18,6% a finales de junio, recogiendo las previsiones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal. Esa caída se ha dejado sentir en la destrucción del 3% de los puestos de trabajo y en el mantenimiento de otros 28.000 hibernados por ERTES. Desde el fin del estado de alarma y la vuelta plena a la normalidad el 21 de junio, hay sectores que han iniciado la recuperación y así lo indican los datos, pero otros siguen necesitando respiración asistida

Decrece un 36,6% la creación de empresas

En el repaso económico, se comprueba que el tejido productivo se resintió en el primer semestre del año con una disminución del número de nuevas empresas del 36,6% y un aumento del 1,92% de las concursadas. No obstante, el saldo empresarial crece un 14,8% por un menor número de disolución de empresas. La explicación de este dato se debe a que 2019 y especialmente su mes de enero fue un periodo irregular en el que tan sólo en ese primer mes del año se disolvieron más número de sociedades que durante todo un año en los periodos duros de la crisis anterior.

La confianza empresarial se ancla en el pesimismo

Muestra de la atonía y de la pérdida de pulso entre el empresariado, el índice de confianza, que mide sus opiniones sobre la situación y sus expectativas en torno a sus negocios, ha descendido un 26,91% y se mueve en un gran pesimismo. Los estadísticos miden esa oscilación a partir de un nivel. Y ese indicador ha bajado de 142,1 puntos a 103. Ese nivel se establece tomando como referencia 100 en el año 2013. Ello indica que los ánimos de los empresarios estarían acordes con los que mantenían en 2013, cuando la crisis financiera todavía hacía que nuestra economía siguiera en caída. Para el tercer trimestre de 2020, la situación mejora ligeramente, con un ascenso del índice que se sitúa en 106,7 puntos.

La industria, menos producción, precios más bajos y 13.100 empleos menos

Por sectores, la industria regional aguanta el impacto mejor que la nacional, pero la producción ha caído un 13%, lo que unido a una forzada rebaja de precios para poder competir (-5,8%), deja la cifra de negocios del sector un 13,5% por debajo de la de un año antes. Esa merma en los ingresos se ha trasladado al empleo, la industria manufacturera ha destruido 13.100 empleos (12%) en comparación con el primer semestre de 2019. Esa destrucción de puestos de trabajo se ha traducido en un aumento de parados del sector en las oficinas públicas de empleo, que fue del 16,3% interanual en el mes de junio frente a una bajada del paro en el sector en el mismo mes de 2019 del 5,6%.

Servicios: Los ingresos caen un 15,9% y el número de parados aumenta un 16%

El sector que más personal ocupa y que genera más volumen económico en la región es el de servicios. Los ingresos de este sector descendieron en el primer semestre un 15,9%, mientras que en el mismo periodo del año pasado crecieron un 4,4%. Esa merma en la recaudación ha tenido un impacto en el empleo, con una destrucción del 2,5% de los existentes en el sector, mientras un año antes aumentaron un 1,3%. En términos de paro inscritos en las oficinas de empleo, en la primera mitad de 2020 aumentaron un 16%, mientras que en la de 2019 decrecieron un 4,2%.

Dentro del sector servicios, el turismo y la hostelería son los subsectores que presentan los peores registros, aunque el comercio minorista también ha sufrido la dureza de la crisis. Empezando por este último, la caída de ventas ha sido del 7,6% en el semestre mientras un año antes aumentó un 1,8%. El comercio ha destruido el 1,4% de sus empleos, cuando en el mismo periodo de 2019 generó un 0,7% más de puestos de trabajo.

Los indicadores del turismo reflejan el cierre total decretado para esta actividad. Un sector en auge ha sido el más golpeado. El número de turistas ha caído el 68,35% y las ocupaciones se redujeron un 63,74%. Eso provocó una caída de las altas en la seguridad social de hoteles, agencias de viajes y transportes del 16,21% (8.209 empleos destruidos en el primer semestre). Un año antes, el número de viajeros crecía a un ritmo del 2,97%, las pernoctaciones del 1,54% y el empleo en un 3,97% (casi 2.000 puestos de trabajo)

Una de las actividades estratégicas del sector en Castilla-La Mancha es el turismo rural, que ha visto reducido el número de viajeros en un 73,19%, las pernoctaciones en un 67,9% y el personal ocupado en un 45,10%. Datos que contrastan con las fuertes subidas del primer semestre de 2019, cuando el total de turistas que optaban por la modalidad de naturaleza crecía a un 10,67%, las pernoctaciones que generaban lo hacían al 1,82% y se creaba empleo a un ritmo del 5.87%.

Los datos de julio apuntan a una posible variación de las preferencias del turista nacional, que ahora apuesta más por los destinos de naturaleza con alojamientos burbujas, como son muchos de los establecimientos rurales.

El turismo ha sido, junto al impulso de la industria agroalimentaria, la captación de empresas, especialmente del sector logístico y la internacionalización de nuestros productos, una línea de actuación de las políticas públicas en los últimos años.

El comercio exterior refleja un descenso de las exportaciones del 7,7%. Las importaciones también se han reducido en un 2,2%. En su conjunto el saldo comercial (exportaciones menos importaciones) se ha deteriorado y si en los seis primeros meses del año pasado era de 722,9 millones de euros, en el de este ascendía a 904,7 millones. Esa es la cuantía de dinero que sale de la comunidad en operaciones comerciales internacionales por encima del que entra.

En cuanto a los precios, el impacto de la pandemia en los sectores económicos se ha dejado sentir en un IPC negativo. Los precios marcaban en junio una variación anual del -0,6% cuando un año antes subía un 0,2%. Y la bajada no ha sido uniforme, porque los alimentos, especialmente los frescos, se han disparado, en un movimiento que permanece o se estanca en los meses siguientes de julio y agosto. El confinamiento y la crisis petrolífera se tradujo en cambio en una reducción de la energía y los combustibles, que han ido recuperando lo perdido en la medida que se ha ido retomando la actividad.
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