La subida de la luz está detrás del importante incremento de precios registrado por la industria castellanomanchega. El sector energético incrementó sus tarifas un 8,9% mensual lo que provocó que el índice general de la industria se anotara un incremento del 2,6%. La cifra enmascara el comportamiento del sector manufacturero, cuyos indicadores muestran una cierta reactivación en las fábricas de bienes intermedios (los que se utilizan en otros procesos de producción), anticipando un aumento de la actividad y de los precios del resto de las actividades industriales. De hecho, las empresas de bienes de equipo se anotan subidas del 0,7% y las de bienes de consumo duradero, del 0,5%. La agroalimentaria y la de bebidas, las de mayor peso en la industria regional, mantienen sus precios a la baja.
Las manufactureras de bienes de consumo todavía mantienen sus precios en niveles más bajos. Es la industria química (3%) y la de fabricación de productos de hierro (3,4%) la que tras las energética impulsa los precios al alza. En el polo opuesto, la del calzado mantiene su tendencia a la baja, con una reducción del 0,7%. Lo mismo sucede con la de bebidas, que marca una bajada del 1,3% (en 2020 la reducción media fue del 2,9%). La industria agroalimentaria -la más fuerte de la economía regional- se anota un descenso del 0,4%, tras haber cerrado 2020 con un ajuste medio del 1,2%.
En terreno positivo también se encuadran las fabricantes de muebles, que elevan sus precios un 0,5% en enero tras acumular una media anual del 2,3% en 2020. También el sector dedicado a la instalación y reparación de maquinarias se suma al grupo que suben sus tarifas, lo hace un 2,7%, tras haber terminado el año pasado con descensos del 1,5%
Desde septiembre de 2019 no se producía un comportamiento similar, donde la subida de la energía marcara el incremento del resto de sectores. El mismo fenómeno se había dado en enero de 2017.
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