Las restricciones a la movilidad y los cierres perimetrales de la Comunidad impulsaron en marzo los destinos de naturaleza entre los castellano-manchegas, lo que permitió a los alojamientos de turismo rural duplicar el número de pernoctaciones respecto a las registradas en 2020, cuando en ese mismo mes, se decretó el confinamiento de la población a partir de la segunda quincena y el cierre paulatino de los establecimientos turísticos según se fuera produciendo el checking de salida de los alojados.
En total en marzo pasado 5.749 viajeros optaron por este tipo de alojamientos en nuestra Comunidad, generando 18.290 pernoctaciones. Las cifras superan en un 66,6% los datos de viajeros de un año antes y en un 104,1% los de noches facturadas.
No obstante, los datos están muy alejados del mismo mes de los años anteriores, en los que el número de viajeros no bajó de los 20.600 (25.254 en 2019) y el de noches no o hizo de las 40.000 (46.279 en 2019).
De hecho, cuando se hace el balance trimestral en el que computan los meses de enero y febrero del año pasado, previos al estallido de la pandemia, se ve que el número de viajeros ha pasado de los 31.627 de hace un año a los 8.106 de este y el de pernoctaciones de las 68.098 a las 36.590
El turismo rural de la Comunidad está todavía a un ritmo del 25% de su capacidad demostrada de atracción de viajeros y de un 40% del número de estancias. Algunos establecimientos ni tan siquiera han abierto sus puertas. Son más de 200 los que han mantenido echado el cierre.
A pesar de la recuperación de clientes respecto al año pasado, los negocios de turismo rural emplean a menos personal que hace un año. La reducción del empleo afecta a 167 personas (-8,25% interanual). Respecto a 2019, antes de que el virus acabara con la normalidad y la estabilidad, el sector se anota una pérdida del 14,5% de sus empleos, con 315 ocupados menos.
Por destinos, Albacete sigue siendo el preferido. De las 18.290 pernoctaciones registradas el pasado marzo, 6.171 fueron en parajes de esta provincia, lo que supone una de cada tres, lo que la sitúa como el octavo lugar en España elegido para hacer turismo rural, escalando cuatro puestos en comparación con 2019, aunque con casi la mitad menos de noches facturadas. Toledo, que estaba en el puesto13 hace dos años, ha salido de la lista de provincias con mayor número de pernoctaciones de España en alojamientos de turismo rural