La energía distorsiona la realidad del resto de la industria, cuyos sectores que se vieron más afectados por la crisis, crecen con fuerza y por encima de la media del país. Las manufacturas de consumo duradero registran una tasa de crecimiento medio en la primera mitad del año del 56,5%, mientras que en el conjunto del país la producción sube veinte puntos menos, un 36,2%. Las fábricas de bienes de equipo han aumentado su actividad un 18,6% (18,3% en el caso del conjunto del país) y las que producen bienes intermedios, que son los destinados a otros procesos de elaboración de otros bienes lo hacen un 18,3% (17,9% media nacional).
Así las cosas, los bienes intermedios mantienen un ritmo medio próximo al que se registraba hace dos años, algo que todavía no alcanzan los fabricantes de bienes de equipo. El índice de producción de la industria manufacturera de bienes de consumo duradero presenta medias en el primer semestre diez puntos por encima de las del mismo periodo de 2019, aunque todavía no ha recuperado todo lo perdido durante la pandemia.
En el conjunto de la economía nacional, tiran con fuerza las empresas de confección y la de muebles, con variaciones medias que se acercan al 40%. Le siguen otras industrias manufactureras con aumento del 33%. El crecimiento de los fabricantes de prendas de vestir y de muebles, se deja sentir en sus proveedores de la industria textil y de la de la madera, con aumentos por encima del 25%, porcentaje que también supera el sector de la automoción.
Las mayores debilidades se dan en el sector de alimentación (3,1%) y en los fabricantes de productos farmacéuticos, actividades que el año pasado no sufrieron la sacudida de la crisis. La industria del calzado (7%), la del papel (5,8%) son las que presentan crecimientos medios más moderados en la primera mitad del año