El empuje es algo menor que el que se da en el conjunto del país, que acumula un crecimiento medio acumulado del 17,3%. Sin embargo, la industria nacional todavía no alcanza la cifra de negocios que tenía hace dos años, mientras que la castellano-manchega supera la suya, debido a que aguantó mejor el impacto de la pandemia y se contrajo menos durante 2020, debido fundamentalmente al peso del sector agroalimentario.
De hecho, Castilla-La Mancha, Extremadura y Murcia -tres regiones cuya industria agroalimentaria tiene un peso importante en su estructura productiva- son las que proporcionalmente presentan la mejor evolución de la facturación de sus manufactureras.
Las buenas cifras de crecimiento de las ventas de la industria nacional se dan en las actividades de fabricación de bienes de consumo duradero (25,8% de media anual), de bienes intermedios (24,5%) y de bienes de equipo (13,6%).
Dentro de los bienes de consumo duradero, destaca el subsector de fabricación de bicicletas y motocicletas (34%), de aparatos domésticos (30%) y de artículos de joyería y bisutería (29,6%).
En los bienes intermedios, los mayores avances en la variación media anual se los anotan los subsectores metalúrgicos (46,3%), el químico (26,2%) y el de la madera y corcho (24,8%).
En los bienes de equipo los mayores crecimientos de la variación de su cifra de negocios en lo que llevamos de año son para la fabricación de elementos metálicos para la construcción (20,6%), la automoción (17%) y para la fabricación de maquinaria (16,5%).
El dato de coyuntura de la cifra de negocios dado a conocer hoy por el Instituto Nacional de Estadística, se suma a otros de coyuntura (pedidos, contratación laboral, exportaciones…) que reflejan el buen comportamiento de la industria regional y su aporte al crecimiento de la economía regional.
Si (
No(
