A lo largo de la jornada el precio de la luz oscilará entre el mínimo de 194,51 euros el megawatio hora a las 5 de la madrugada y el máximo de 264,7 euros a las nueve de la noche.
Con estas cifras desorbitadas, nos dirigimos a la Navidad con unos precios que multiplican por seis los registrados el año pasado y lejos de las predicciones del gobierno. El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, lleva meses asegurando que al término del año los españoles habrán pagado por su factura de la luz, de media, lo mismo que en 2018. No obstante, para que esta promesa se materializara, sería necesario un descenso de más del 40% en el precio de la energía de aquí a final de año, cosa que si bien no es imposible, parece poco probable dada la tendencia alcista del mercado.
La fuente última del problema reside en el encarecimiento del gas, agravado por conflictos internacionales en Argelia y Rusia, que terminan reflejarse en la factura del consumidor final
Y no sólo eso, el precio desbocado de la energía ya está salpicando al resto de sectores que dependen de ella para sus procesos productivos.
El resultado, un cóctel inflacionista aderezado con una fuerte crisis de determinados suministros y materias primas, que amenazan con estallar en el bolsillo de los consumidores estas Navidades.
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