El negocio de nuestra industria de bienes de consumo había crecido en Rusia en el periodo 2015-2019 un 101,53%, hasta el punto de convertirse en el sexto cliente para las empresas castellano-manchegas del sector, cuya facturación anual en 2020 en ese país fue de 34,4 millones de euros.
El subsector regional del calzado que tiene su principal destino en Estados Unidos había colocado una pica en Moscú, con un crecimiento del mercado ruso desde 2015 del 1.500%. Las empresas de nuestra Comunidad habían empezado a abrir ese mercado en el que en 2020 facturaron 3.730.000 euros lo que le situaban como nuestro octavo cliente.
Rusia, al que nuestras empresas de textil facturaron el año pasado por valor de 34,7 millones de euros, es junto a Méjico y Portugal uno de nuestros principales clientes de este sector. La cifra de negocios de nuestras factorías textiles con el país del Este de Europa ha crecido más del 100% en los últimos años.
El sector de la madera de nuestra Comunidad exporta a Rusia por valor superior a los 46 millones de euros y este país es el octavo destino exterior de estas compañías.
En cuanto a la industria agroalimentaria, la más importante de nuestra economía, el vino y el mosto eran los productos destacados. En 2019 las bodegas llegaron a facturar 18 millones en exportaciones de vino a granel y otros 4,2 millones en mosto. Otros sectores agroalimentarios de la región tienen más dificultad por la prohibición que tiene Rusia sobre algunos alimentos europeos.
En cuanto a las facilidades y dificultades de este mercado, las compañías castellano-manchegas destacan el alto volumen de negocio como principal oportunidad, mientras que el idioma, las barreras arancelarias y la devaluación del rublo son los principales obstáculos.