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Reforma fiscal: “Hoy, no… Mañana”
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Reforma fiscal: “Hoy, no… Mañana”

Por CLM21
viernes 04 de marzo de 2022, 09:34h

Los expertos fiscales de la ministra de Hacienda ya han entregado su documento sobre la reforma del sistema tributario. Una reforma que, en síntesis, se traduce en subir la presión fiscal a los ciudadanos en renta (IRPF), consumo (IVA y especiales) y riqueza (patrimonio, sucesiones y donaciones). No hay figura que no se revise al alza y, además se plantean nuevos gravámenes (pago por uso y fiscalidad verde). En algunos casos, por ejemplo en el del IVA, plantean que la reforma sea gradual por el riesgo de contestación social.

La propia ministra ha tenido que afirmar que “El gobierno descarta una subida inmediata”. Que no está el horno para bollos. “No es justamente en esta semana -dice la ministra- un momento en el que vayamos a plantear hacer de manera inmediata ninguna subida fiscal. Y quiero plantearlo con toda la honestidad para que se comprenda el contexto en el que nos desarrollamos".

Pero la cuestión no es de tiempo, que es una circunstancia, sino de esencia. Si se contempla una contestación social del administrado, cabe concluir que la administración no estaría gestionando en favor del administrado, sino de sí misma. Lo que deja en evidencia el sistema organizativo de la sociedad. En el terreno de la política, la contestación se traduciría en pérdida de votos. De ahí que la estrategia pase por buscar complicidades entre la mayor parte de los grupos políticos y manejar el concepto de oportunidad.

Ese riesgo de contestación social indica también que la reforma va a afectar a los más (clases bajas y medias) y no a los menos (clases altas). Es algo que rompe la esencia de la izquierda y su compromiso de gobierno. Las hemerotecas están llenas de compromisos firmes sobre el particular.

Dicen los expertos que algunas de esas subidas deberían ir acompañadas por ayudas a las rentas bajas. En lo que no ha profundizado el comité designado por la ministra es en la fórmula de equidad a través de la relación y nivelación entre las tributaciones por rentas y las tributaciones por consumo, que aparece esbozada.

La propuesta de reforma fiscal parece que cumple así el objetivo inicial y da la impresión de que todo el trabajo se traduce en que hay que recaudar más, aún a riesgo que determinadas subidas fiscales contraigan el consumo, al menos temporalmente, o afecten a suministros que se consideran esenciales para las familias en la actual forma de vida.

También van a golpear a colectivos concretos: el sector agrario (con subidas del gasóleo agrícola y los gravámenes a fertilizantes), el del transporte (gasoil y peajes)…

Es evidente que las reformas de IVA y de impuestos especiales van a generar una subida de precios, es decir, más inflación. De ahí que con la inflación más alta en las últimas cuatro décadas la ministra haya tenido que decir que “no es justamente en esta semana un momento en el que vayamos a plantear hacer de manera inmediata ninguna subida fiscal”.

Decíamos que la reforma no es una cuestión de tiempo, sino de esencia. Faltando esta última, parece que lo único que queda es el tiempo: “Hoy, no… Mañana”. Dice el manual que, a ser posible, recién ganadas unas elecciones, porque hay cuatro años por delante para el olvido y para mitigar el impacto en las urnas.

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