Ambos factores (más personal y más digitalización) contrastan con los problemas que sufren determinados departamentos y organismos, ya sean estatales, regionales o locales y pone en evidencia la distribución de los recursos humanos, con un deterioro en la atención al ciudadano, en unos casos, y el retraso en los expedientes en otros. Justicia, Sanidad, Seguridad Social, Oficinas de Empleo, Seguridad Ciudadana son algunos de los organismos que protagonizan algunos de los tapones que tienen las administraciones españolas.
El estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis financiera de 2008 no afectó al empleo público en nuestra Comunidad hasta el último trimestre de 2011. En los tres años anteriores, el sector siguió creando empleo al tiempo que se destruía con fuerza en las empresas, fruto de la propia dinámica de los procesos de contratación en el ámbito público. Desde finales de septiembre de 2011 hasta finales de marzo de 2015 la caída de ingresos públicos se tradujo en una acelerada caída del empleo, que llegó a ser de 21.000 personas.
Hoy día el empleo en las administraciones públicas en Castilla-La Mancha se mueven en niveles parecidos a los máximos alcanzados en 2011.
En comparación con la situación previa a la pandemia, las administraciones cuentan en nuestro territorio con 7.700 empleados más que en el primer trimestre de 2020, con un crecimiento porcentual del 4,85%. Según los datos difundidos por el gobierno regional, en torno al 30% de ese crecimiento se debería al personal sanitario de refuerzo.
En el sector privado el empleo en los últimos dos años ha aumentado en 48.300 personas (7,5%) hasta los 690.300 trabajadores, el mejor dato tras los registrados en los dos trimestres anteriores, que llegaron a elevar el empleo privado en Castilla-La Mancha a finales de 2021 a 709.500 personas.
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