El informe destaca, no obstante que la subida de tipos de interés, que ha colocado el Euribor a 12 meses en el 2,6% a finales de octubre, se da en un contexto de menor carga financiera de las familias que en 2008.
La entidad considera que la composición de la cartera hipotecaria, con préstamos más antiguos y con mayor proporción de créditos a tipo fijo, reducirá el impacto de la subida de las tasas de interés.
El Observatorio estima que ante un previsible endurecimiento de las condiciones crediticias, y el consecuente ascenso del esfuerzo de acceso a una vivienda, los hogares podrían estar adelantando sus decisiones de compra de vivienda en los últimos meses.
El informe también apunta a que el coste de algunos materiales de construcción ha comenzado a reducirse respecto al máximo del primer semestre de este año. “Sin embargo, buena parte de los mismos permanece en niveles relativamente elevados”. Además, los datos de salarios pactados en convenios sugieren una relativa escasez de mano de obra en el sector.
En cuanto a la oferta de viviendas, el estudio señala que sigue mostrando una peor evolución que las ventas residenciales. En los ocho primeros meses del año la venta de viviendas creció el 12,7% mientras que los visados lo hicieron el 0,2%. Por su parte el precio subió el 6,1% en el primer semestre, siendo el avance del segundo trimestre más moderado que el del primero.
A juicio de BBVA, el escenario macroeconómico justifica una ligera contracción de las ventas en 2023, pese a lo cual el nivel seguirá siendo elevado. La iniciación de viviendas, tras una corrección en 2022, se estancaría en 2023 y el precio de la vivienda registraría un crecimiento nominal en torno al 2%, lo que supone una corrección en términos reales (-2,4%).
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