Hoy, los operarios municipales limpian de barro y piedras la zona afectada. Hacía años que no se vivía una situación similar. La riada se produjo por la acumulación de agua de las fuertes lluvias en un cauce seco. Años atrás el municipio tuvo que acometer las obras para tratar de canalizar las aguas pluviales y evitar los daños en las viviendas construidas en torno a ese cauce que termina vertiendo en la carretera que une la localidad con Toledo, provocando los cortes de la misma. Las viviendas que más se vieron afectadas fueron las de la calle de la Veguilla (nombre que indica la existencia del cauce). Desde que se llevaron a cabo estas obras de canalización no se habían vuelto a producir inundaciones como las de ayer.
La Guardia Civil cortó la circulación a la altura de la rotonda que une la vía con la CM-40. La benemérita tuvo que actuar también en la nacional 400 en el tramo que une los barrios de Santa Bárbara y de Santa María de Bequerencia, donde el agua llegó a superar la altura de los guardarraíles.